Pedazo de título para un (casi) pedazo de álbum, sobretodo teniendo en cuenta a lo acostumbrados que nos tenían los Sepultura post-Max Cavalera. Y es que parece que se han puesto las pilas y han dejado a un lado gran parte de los experimentos para sacar posiblemente su mejor trabajo desde Roots.
Texto: V
Nota:7/10  

Yo también he tenido que ponerme las pilas a marchas forzadas para recuperar los últimos discos de Sepultura a quien, sinceramente, hace mucho que olvidé y solamente había prestado atención por curiosidad y sin demasiado éxito, también hay que decirlo. Por eso me ha sorprendido más gratamente este The Mediator Between Head and Hand Must Be the Heart.

Volviendo a la producción con Ross Robinson, parecen haber conseguido intencionadamente un sonido sucio que recuerda a décadas pasadas. Pero tranquilos, con sucio no quiero decir malo, solo que tiene un regustillo antiguo como la película Metrópolis (1927), de donde sale el interminable título del álbum.

Andreas Kisser reparte una variedad de riffs y acordes que echábamos de menos, sonando en más de una ocasión al más puro thrash de antaño e incluso acercándose al death metal en varias ocasiones. Los solos; unos más sencillos y estridentes y otros más técnicos, la mayoría.

El jovencísimo y nuevo batería Eloy Casagrande (Andre Matos), todo un descubrimiento para los fans de Sepultura. Una auténtica máquina de gran precisión y destreza tras los bombos y baquetas.

El único -pero crucial- punto flaco del disco es Derrik Green, que si bien nunca me llegó a convencer, por lo menos antes dotaba a Sepultura de la potencia necesaria. En este trabajo ha quedado totalmente apartado de protagonismo y sus voces (la gran mayoría con efectos de distorsión), quedan muy pero que muy por debajo de la música, además de no ser del todo acertadas.

Tras una pequeña intro, Trauma of war nos golpea a las primeras de cambio con un redoble que nos prepara para lo que se nos viene encima; un tema rápido y brutal donde Derrik Green, sin embargo, acaba decepcionando por primera vez.

The Vatican es una clara crítica a la Iglesia. Y qué mejor modo de hacerlo que con unos agresivos riffs que nos conducen al death metal, si bien la siguiente Impending Doom es una canción a medio tiempo donde hay lugar a cierta experimentación de sonidos.

Manipulation of Tragedy te pisotea con su impresionante doble bombo (respaldado perfectamente por el bajo de Paulo Jr.) y luego te remata con unas guitarras totalmente thrash/death que recuerdan a tiempos pasados, añadiendo percusiones al genial trabajo que ya de por sí hace Eloy Casagrande. Buenos solos de Andreas Kisser.

The Bliss of Ignorants recuerda inevitablemente a Roots Bloody Roots (o incluso Refuse/Resist) pero sin el famoso estribillo y la personalidad de Max, y es que Derrik Green acaba enturbiando la gran mayoría de las buenas canciones que tiene este disco.Obsessed hace referencia al consumismo compulsivo, con la participación estelar del gran Dave Lombardo a la batería, aunque no es de los mejores temas del álbum.Da lama ao caos cierra el disco. Se trata de una versión de un compositor brasileño al más puro estilo Ratamahatta, pero no tan “loca”.

A los fans clásicos de la banda les costará menos acercarse a este The Meditation, pero no aseguro que les guste porque, definitivamente, no han compuesto el nuevo Arise. Eso sí, se merece una oportunidad porque aunque cualquier tiempo Cavalera fue mejor, Kisser y los suyos demuestran que todavía pueden decir muchas cosas buenas en Sepultura.

Texto: V

Temas:

01. Trauma Of War
02. The Vatican
03. Impending Doom
04. Manipulation Of Tragedy
05. Tsunami
06. The Bliss of Ignorants
07. Grief
08. The Age Of The Atheist
09. Obsessed
10. Da Lama ao Caos

https://www.sepultura.com.br/

https://www.facebook.com/sepultura