Metallica – St. Anger // Elektra – Vertigo

El pasado 5 de junio se cumplieron 18 años de la publicación del álbum más vilipendiado de la banda dejándolo como el peor disco publicado por los californianos siendo un fijo en las listas de los peores trabajos de los grandes grupos de la historia ya no del metal o del rock, si no de la música en general. ¿Es merecido tanto encarnizamiento? Veamos.

Marcel Palagós

Los años turbulentos. Metallica ha vivido casi de manera perpetua en una espiral de controversia desde la muerte de Cliff Burton. 1986.

La estabilidad no ha sido el estado natural de la banda. Metallica es un ente bicéfalo (Hetfield/Ulrich) que siempre han mirado más allá de lo que los fans esperaban de ellos. Siempre han seguido su olfato y si gusto por la música marcándose objetivos y siguiéndolos contra viento y marea. Hasta estos últimos años era así, aunque desde hace algunos me da la sensación que no han querido moverse de la zona de confort.

La banda en St.Anger

Cuando murió el legendario bajista empezaron los problemas. Con el And Justice For All la polémica por la desaparición del bajo en la mezcla final azuzó el primer debate, pero la banda seguía creciendo; se graba el primer videoclip, y la banda rompe uno de sus mandamientos, pero aun así la banda sigue con saltos de gigante hacía el asalto al trono del Metal.

Black Album (puedes leer le review aqui) la banda abandona la senda del Thrash y genera el Big Bang en el mundo del metal, muchos fans abandonan la banda y, por el contrario, el main stream abraza a los californianos hasta lazarlos a lo más alto del Olimpo. Giras interminables, excesos, endiosamiento y, finalmente, el principio del fin para muchos fans más.

Imágenes del vídeo de St.Anger

Load y ReLoad y el mundo del metal tembló. La banda abraza las sonoridades más oscuras procedentes de Seattle, Alice in Chains tienden su sombra sobre los discos y tienen a Metallica enamorados. La búsqueda por seguir evolucionando no se entiende y las críticas de muchos sectores azotan sin piedad por el cambio de estilo (y corte de pelo…) más que por la calidad de los discos que parieron.

Episodio Napster aparte, cuando parecía que la banda ya no podía sorprender más, después de unos cuantos años, aparece St. Anger.

Quien haya visto el documental Some Kind Of Monster creo que se puede hacerse una idea de cómo andaba la banda.

Los dos machos alfa perdidos, Newsted había abandonado la banda por la tiranía de Hetfield al impedir dar rienda suelta a su proyecto paralelo, Echobrain además de años sufriendo cierto bullying por parte de los mandamases, Hammett haciendo malabares para evitar la destrucción absoluta de la banda.

Metallica, si queda algo de ella, zozobra: hastiada y vacía por la adulación y el éxito descomunal que habían obtenido, los excesos acumulados.

¿Qué podía surgir de todo ese caos? Pues bien, St. Anger fue el resultado.

Metallica – St. Anger

Debo reconocer que al escuchar el disco por primera vez levanté una ceja y no entendía muy bien qué estaba escuchando. No hay solos, tan característicos de la banda, la caja de la batería suena extraña, enlatada. Las canciones son caóticas, con un sonido recrudecido, el más sucio y garajero de toda su carrera. Si, Kill’em All es thrash primigenio pergeñado en el punk y el NWOBHM pero St. Anger es más raw power.

Pareciera que la banda no ha querido terminar de redondear las canciones, pero sabiendo como son y como es Bob Rock, me inclino a pensar que la idea era generar un disco que sonara a demo, a banda de garaje. Con un estilo mucho más sucio, menos producido.

Una vuelta a los orígenes para intentar recomponer la banda que hace aguas por todos lados. Hay que recordar que Trujillo no aparece en el álbum y que el bajo corre a cargo del mismo Rock.

¿Entonces, merece este disco la tormenta de críticas que se le achacaron? En mi opinión, no.

De hecho, considero este disco el último honesto de la banda. Los posteriores Death Magnetic y Hardwire to self destruct me parecen una vuelta aque quieren los fans e intentar recuperar crédito. Un intento por acallar críticas y volver a presidir el Metal; dónde la banda quiere sonar de nuevo a la época del And Justice pero sin tanta inspiración. Para mi gusto y, especialmente Death Magnetic, son discos sin alma, cuasi creados con I.A.

Pero volvamos al monstruo.

Metallica – Frantic

Aun prescindiendo de toda la producción y mimo por el sonido los 11 temas continúan teniendo duraciones extensas, llegando en algún caso a los 8 minutos. ¿Eso es malo? No necesariamente pero bien es cierto que en ocasiones suena artificialmente extendidos.

“Frantic” o “St. Anger” son dos temas endemoniados, un desgarro con cuchillo de carnicero desde la tráquea hasta los huevos. No hay paliativos, el sonido es rudo, como en todo el disco, pero además los cambios de ritmos dan un aire demencial a los temas. Son estos dos temas junto con “Sweet Amber”, “The Unnamed Feeling” o “All Within My Hands” las mejores composiciones del álbum. Esta última tuvo su peculiar transformación en el reciente S&M2 y realmente sonaba muy bien.

Metallica – The Unnamed Feeling

La colección de riffs que encontramos tampoco son lo más refinado ni rebuscado que hayan parido los californianos. Directos y al cuello. Y por supuesto nada de baladas ni medios tiempos.

Pero es que en todos y cada uno de los temas encuentro al menos algo que me atrae. El Riff de My World, o de Inviisble Kid… por mencionar dos temas que probablemente sean de los menos inspirados. Pero siguen teniendo cool riffs.

La sensación perpetua de agobio que desprende el disco sirve para convencerme. Y quizás sí, soy de los pocos a los que les gusté St. Anger pero en el disco veo una banda peleando por sobrevivir por sacar fuerzas de donde no queda nada para revitalizar un proyecto que estaba tocado de muerte. Toda esa energía negativa colapsó en este álbum.

Metallica –Some Kind Of Monster

Y es que no se puede comparar este álbum con los anteriores, no tiene nada que ver. No es metal de estadio, es metal underground. Es rabia, dolor, es estar perdido y hundido. Son las adicciones de James, el ego desmesurado de Lars, la solitud de Kirk y la ausencia, las ausencias que los lastran.

Probar las mieles del éxito, vivir en la irrealidad del estrellato y caer en picado. Romperse los dientes con la realidad y afrontar el fall después de un raise imparable durante años.

St. Anger sigue siendo un disco terriblemente maltratado para mí. Es un disco que sin ser una maravilla posé muchos elementos que hacen que me siga gustando. Quizás no hay que buscar eternas comparaciones: Kill’em All, Ride The Lightning y Master Of Puppets son una trilogía difícil de superar y creaciones de otras épocas y estares de una banda que siempre ha intentado evolucionar y crear, expandirse.

En resumen, St. Anger es un buen disco y una acurada radiografía de un momento vital de Metallica. Escuchémoslo com tal y disfrutemos de todo el caos y mal hostia. Santa Mala Hostia.

Marcel Palagós