Hace ya once años desde que Toundra sacaron a la luz su primer trabajo, un álbum que rompería esquemas en el panorama nacional y que aún hoy nos sigue haciendo volar la cabeza, a la vez que llega y cautiva cada día a más oyentes que se adentran en esto del “post-rock”. Ahora, después de este tiempo revisitamos este trabajo, con la perspectiva que nos da el tiempo y la historia.

Quim Torres

Toundra surge en 2007, en un panorama dominado por el Nu-Metal y el auge del Metalcore melódico en nuestro país, en que pocos nos íbamos a iba a fijar en una banda de Post-Rock instrumental, si aun nos estábamos preguntando “¿qué es eso del post?” o “¿y cuándo sale el cantante?”; aunque fuera de la avanzada España ya hacía tiempo que se había respondido a esas preguntas. Pese a esto, realmente salieron en el momento perfecto, pues todos los que buscaban algo más en la música, melodías que nos emocionaran y se alejaran de las estructuras estándares, se agarraron rápidamente a Toundra.

Las atmósferas que nos remiten a los desiertos y a los grandes paramos solitarios que tanto caracterizan a Toundra ya se encuentran en este primer trabajo, como podemos escuchar en “Bajamar”, un tema que fluye a través de diferentes expresiones, desde la tranquilidad de quien vaga por paisaje hasta la sublime desesperación. En este viaje, salimos de la tierra y nos bañamos en las aguas de “Pleamar”, dónde nos detenemos en unos instantes de placidez antes de encontrarnos frente al terror de “Medusa”. En esta nos enfrentamos a la canción más cañera del disco, con colosales riffs que surgen uno tras otro y nos persiguen para dejarnos de piedra.

En la cara B nos lanzamos a los secretos del espacio. Quizás es por la sugestión del título y mi pasión por las Space Operas, pero “Órbita” me parece describir un viaje espacial. En su inicio tenemos el proceso de despegue, el calentamiento de motores y la tensión, donde la nave lucha con todas sus fuerzas por vencer la gravedad y salir de la atmósfera; en su parte central, la puesta en órbita y el apacible y largo viaje que, finalmente, los lleva a su destino, para descubrir los inmensos y sublimes secretos que el espacio aguarda.

“Jauría” es otro tema cañero e interesante por sus disonancias, oscuridad y constante tensión. Después de esta llegaríamos a “Tesalia”, pero la segunda edición del disco incluyó, entre estas dos, una magnífica canción que sería la guinda del pastel, pues es seguramente mi tema preferido. “Genesis” tiene toda la potencia directa que escuchamos en el resto del disco, junto con la sensibilidad que encontramos en los posteriores, dándole los puntos que le faltaban a este álbum para ser una obra maestra.

Estoy seguro de que este pudo ser el mejor inicio que Toundra podían tener, a nivel nacional es uno de los mejores discos de la historia del Rock y Metal, como también lo serán los posteriores, sobre todo el III, con el cual creo que alcanzaron un punto álgido de su carrera que los haría destacar muchísimo en el panorama internacional.

La evolución de los madrileños ha sido constante, con 5 LP’s y un proyecto paralelo llamado Exquirla, han conseguido que cada lanzamiento tenga su propia personalidad, pero sin desmarcarse de la semilla que plantaron en 2008.

El próximo 6 de Marzo estarán descargando en el Festival del Mil.leni de Barcelona junto a Malämmar, uno de los festivales con más popularidad de la península con actuaciones de artistas de multitud de géneros y países.

Quim Torres

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