Tengo ante mí uno de esos discos que siempre le apetecen a uno escuchar de una banda mítica, especialmente gracias a aquellos “Dirty Rotten Filthy Stinking Rich” y «Cherry Pie» de finales de los 80 y principios de los 90. Tras unos años de cambios, parones e incertidumbre, vuelven por sus fueros a rockear y a macarrear sin contemplaciones.

Y, si el disco debut para mí fue un quiero y no puedo (se quedó a medio camino de lo que muchos esperábamos) con este me han convencido y mucho. Buena culpa tiene Robert Marton (que durante un tiempo formó parte de Dokken) y que hace un trabajo increíble, muy en la onda de Sebastian Bach en Skid Row dándole ese punto que no se puede describir con palabras que consigue que un disco si se lleve la aprobación del público, cosa que personalmente dudo mucho que con Jani Lane hubieran podido conseguir.

Y es que este disco sí que destila macarrería por los cuatro costados, comenzando sin concesiones ni intros sin sentido, con un tema que ya sienta las bases de lo que va a ser el disco. Un Sex ain´t love sencillo y vacilón que a buen seguro será uno de los temas míticos de la banda en directo de aquí a no mucho tiempo.

A partir de ahí, a base de estribillos ultrapegadizos, con un regustillo ochentero que da gusto van haciéndote pasar una hora de los más divertida que he podido disfrutar desde hace tiempo.

Y destaco la creatividad de las guitarras y la base rítmica en general, ofreciendo pasajes no habituales, o al menos no tan repetidos, cosa que se agradece dentro de un estilo que lleva tantos años vivo y que cada vez deja menos cosas por inventar.

En el disco, también hay momentos que la banda se pone más melódica, baja algo de revoluciones (aunque no mucho) siendo un hard rock más melódico pero con una calidad fuera de toda duda. De hecho, el tema “home” es el típico medio tiempo con el que más de uno se hubiese emocionado por aquellos años cuando Skid Row o Whitesnake estaban en pleno auge.

Otro aspecto a reseñar es el sonido, nítido, redondo con un regustillo ochentero en las guitarras, afiladas evitando caer en sonidos más modernosos como muchas otras bandas. Suenan como en mi cabeza tengo concebido el sonido del hard rock, en ese aspecto un 10.

Junto al disco, han grabado un videoclip con el tema “Life’s a Song” que musicalmente no es la más directa, pero sí quizás la más comercial o asequible al gran público. El video, por cierto, con muchas reminiscencias al pasado y a lo que mola tener una banda de rock.

A los más heavys del lugar, sin emgargo, les gustará “Cocaine Freight Train”, el cual da pie a soltarse la melena y a desparramar con un doble bombo para un estribillo con un riff muy zeppeliano incluso pero con un Marton colosal, con una voz más aguda y más agresiva que en el resto del CD.

¿Alguna pega al disco? Pues quizás la duración del mismo, ya que hay un par de temas como Sunshine o Candy Man que, sin ser malos temas, no llegan al listón tan elevado impuesto por el resto. Con 40 o 45 minutos habría sido un disco maravilloso que se repetiría hasta la extenuación en los reproductores.

Los temas de cierre son una balada con comienzo acústico, para derivar en un estribillo medio tiempo que te relaja después de toda la adrenalina generada durante el disco que por cierto, tiene un solazo de estos de guitarrista en lo alto de una montaña con el viento agitándole el pelo en el típico video que veíamos de hace 20 años de los grandes guitarristas en sus solos de las baladas.

Para rematar encontramos otro de los temazos del disco. “The Last Straw”, la gran sorpresa del disco, escondida al final del mismo y que resume perfectamente todo lo vivido anteriormente, y que te deja con la satisfacción de haber escuchado un disco atemporal y de haber merecido la pena ese tiempo dedicado a la escucha.

En resúmen, si hubiese salido algo así hace unos cuantos años seguramente lo hubiese petado bastante, no sé si tanto como otros discos que tenemos en los altares, pero sí tendría una repercusión cercana a sus primeras obras. Gran sorpresa que se suma a un puñado de buenas bandas que están recuperando el hard rock en estos últimos años, y que no decaiga.

Belch

Temas:
01 – Sex Ain’t Love
02 – Innocence Gone
03 – Sanke
04 – Dusty’s Revenge
05 – Home
06 – What Love Can Do
07 – Life’s A Song
08 – Show Must Go On
09 – Cocaine Freight Train
10 – Found Forever
11 – Candy Man
12 – Sunshine
13 – Tears In The City
14 – The Last Straw