Ya tenemos aquí el trabajo de Bassinvaders, el tan esperado proyecto musical liderado por Markus Grosskopf (Helloween). Tras unos meses cargados de rumorologías y especulaciones varias, Frontiers Records nos presenta finalmente el cartel completo y argumentos de “Hellbassbeaters”, título que recibe este álbum que aúna bajo su sombra una auténtica amalgama de consagrados bajistas dentro del mundo del rock y del metal. Metal Symphony se ocupa de muchos lanzamientos discográficos a lo largo del año, muchos de ellos previsibles y clónicos, pero podemos decir con una mezcla de satisfacción y alivio, que estamos ante un disco totalmente novedoso y original.

¿Qué creéis que hubieran pensado los “hachas” de la generación de Jimi Hendrix al sujetar este disco entre sus manos? Hasta ahora, nadie se había atrevido a excluir al instrumento rockero por excelencia. Desde siempre la guitarra ha sido el emblema por excelencia del movimiento, la bandera reivindicativa del rock, el metal, y cuantos estilos desafiaban a los clichés musicales preestablecidos décadas atrás. Bassinvaders se sublevan y le dan de su propia medicina a las seis cuerdas con una asociación de músicos de élite e indudable contraste. Markus Grosskopf consigue reunir a la creme de la creme de las cuatro cuerdas bajo su proyecto y en una escena carente de ideas, quema cualquier tipo de esquema para parir “Hellbassbeaters”, un trabajo de puro metal…sin guitarras.

Lejos de lo que algunos pudieran pensar, “Hellbassbeaters” no es un disco de virtuosismos. De hecho, pocos músicos de los aquí presentes pueden ser considerados virtuosos del bajo. La propuesta no tiene otro fin que demostrar al mundo que se puede hacer buena música con dos cuerdas menos y que los resultados puede ser igual de satisfactorio o más aún si cabe. Los temas se plantean como se plantearían en cualquiera de las bandas principales de cada músico, son canciones con mayor o menor fuerza, más rápidas o más pausadas, pero que en definitiva no innovan por la complejidad musical, sino más bien por lo novedoso de la propuesta, como instantáneamente notaréis con la primera escucha. Se hace muy extraño escuchar temas de heavy metal de estas características sin una guitarra de por medio, pero lo cierto es que el resultado no es en absoluto negativo. En verdad estamos ante un trabajo de METAL de toda la vida, además con una variedad de esquemas que asusta.

Para contrarrestar los atractivos o posibilidades propias de la guitarra, Markus decidió contar para el disco con algunos bajistas / vocalistas sobradamente conocidos para que impregnasen con sus particulares estilos el disco, aportando variedad al mismo. Encontramos las participaciones de sus compatriotas thrashers Schmier (Destruction) y Tom Angelripper (Sodom, Onkel Tom) y al bueno de Peavey Wagner (Rage). Además, 13 instrumentistas más se añadieron a la grabación aportando en su mayoría diversos solos con los que regaron prácticamente la totalidad de los temas. Músicos como Billy Sheehan (Steve Vai, ex-Mr. Big, ex-David Lee Roth), Rudy Sarzo (DIO, ex-Ozzy Osbourne, ex-Whitesnake, ex-Quiet Riot), Lee Rocker (Stray Cats), Marco Mendoza (Thin Lizzy, ex-Whitesnake, ex-Ted Nugent), DD Verni (Overkill), Wyzard (Mother’s Finest), Dirk Schlächter (Gamma Ray), Joey Vera (Armored Saint, Fates Warning, ex-Anthrax), Stig Pedersen (D.A.D), Nibbs (Saxon), Tobias Exxel (Edguy), Jens Becker (Grave Digger, ex-Running Wild), Dennis Ward (Pink Cream 69), Peter Baltes (Accept), Jan S. Eckert (Masterplan) o Michael Müller (Jaded Heart) están presentes de uno u otro modo en “Hellbassbeaters”.

…Y como el disco requería de ritmos y voces, Markus volvió a tirar de agenda telefónica para contratar los servicios de André Hilgers (Rage, Silent Force, ex Axxis ex Empire) y Stefan Arnolds (Grave Digger) a las cajas, y de Apollo Papathanasio (Firewind, Evil Masquerade, ex Sandalinas) y Jesper Binzer (D.A.D) a las voces.

Estilísticamente tenemos de todo. En primer lugar y como dato a tener en cuenta, todos los temas parecen haber sido compuestos pensando expresamente en la persona que iba a interpretarlos, no teniendo que adaptarse el músico en cuestión al tema en concreto. Así, “Armageddon” carecería de atractivo alguno si no hubiese sido interpretado por Marcel “Schmier”, o “Goddless Gods” sin la colaboración de Tom Angelripper, ambos temas de lo más oscuro y pesado que podemos encontrarnos en el disco. Sin embargo, tras la intro “Awakening the Bass Machine”, que nos evoca el despertar de una ficticia bestia bajística, escuchamos “We Live”, un tema de heavy rock puro con partes machaconas, dobles bombos y por supuesto solos. Llegados a este punto, hay que decir que la mayoría de partes han sido tocadas con la ayuda de púas, y que cada tema suele contar con un bajo solista practicando partes más complicadas, Markus gran parte de las veces, y otros rítmicos que, y, aquí viene lo conflictivo, emulan al sonido de las guitarras. Si bien “Hellbassbeaters” es un disco de reivindicación del bajo, no vemos muy lógico que se de esta situación, pudiendo haber desarrollado otro tipo de técnica que hubiese logrado el mismo efecto, que al igual que las meigas, “haberlas haylas”.

En cualquier caso el disco está cargado de buenos temas como “Far too Late”, con un sombrío Peavy a las voces al más puro estilo “Deep in the Blackest Hole”, o “Boiling Blood”, melódica y con aires power metaleros. Destacamos también “The Asshole Song” (¿La canción del “ojete”?), canción grosera y gamberra donde las halla y “Razorblade Romance”, tema de heavy / thrash que cuenta de nuevo con la voz y bajo de Schmier. Pero si un tema me ha llegado especialmente ese ha sido “Romance in Black”, interpretado por Peavy y magistralmente acompañado por el maestro Billy Sheehan, quien aporta su técnica decenaria inconfundible. Medio tiempo oscuro y húmedo con la voz penetrante del vocalista de Rage acompañado por el buen hacer de este legendario y pionero bajista de rock.

Una renovada versión del mítico “Eagle Fly Free” a modo de curiosidad agradable y el despelote musical despilfarrado en la fiestera “To Hell And Back” ponen el punto y final a un disco que destila aires clásicos de cabo a rabo y supone el merecido tributo al instrumento más infravalorado de la familia habitual rockera. Tras este estupendo “Hellbassbeaters” que nos regala Markus Grosskopf… ¿Alguien se atreve a repetir aquella frase que popularizó el videojuego Guitar Hero II que decía: “Recuerda llevar una neverita con bebidas al local de ensayo, es mucho mas importante que un bajista”?

Raúl del Amo

Temas:

1. Awakening the Bass Machine (intro)
2. We Live
3. Armageddon
4. Romance In Black
5. Godless Gods
6. Empty Memories (Breaking Free)
7. Boiling Blood
8. Far Too Late
9. The Asshole Song
10. Dead From the Eyes Down
11. Razorblade Romance
12. Voices
13. Eagle Fly Free (versión Helloween)
14. To Hell And Back (bonus europeo)