Steven Wilson – 13 de Junio 2025 – Sala La Riviera (Madrid)

Steven Wilson y su banda iniciaron gira por Europa para la presentación de su nuevo álbum “Th5 Ov5rv95w”, concluyendo con este concierto en Madrid, para darse un respiro y continuar en América los meses de septiembre y octubre y culminar en noviembre visitando la India y Australia.

Texto y Fotos: Toni Marchante

Es por ello, que tanto para la banda como para los asistentes resultaba un concierto especial; algo que se demostró con la venta de todas las entradas desde hace algún mes, tal y como ocurrió la noche anterior en Barcelona, otro acierto absoluto de Madness Live, a quien agradecemos la oportunidad de poder disfrutar de una de las mentes musicales más prolíficas de nuestro tiempo, y encima, acompañada por una banda de maestros en sus instrumentos.

Steven, en su álbumes en solitario y sus giras, siempre ha sido muy exigente con su música, y para obtener el resultado deseado, siempre se ha rodeado de eminencias. Para esta gira no iba a ser menos. Con los más que habituales Adam Holzman a los teclados y Nick Beggs a los distintos tipos de bajos, le acomparon otro habitual, Craig Blundell a la batería y el emergente guitarrista Randy McStine, que ya viene rodado, al acompañarle en la guitarra en la última entrega y gira de Pocurpine Tree, al que pudimos ver por aquí, como telonero en la última visita de Pineapple Thief.

En un concierto programado para las 20:00, se abrieron las puertas a las 18:30, cosa de agradecer por todos los fans que hacían cola en la puerta, ya que dadas las fechas, se estaba a mejor temperatura en el interior de la sala, aunque la espera, cierto es que se hizo larga, al no haber teloneros. El recinto se fue llenando, mientras se proyectaba en la pantalla un ruego por parte del artista, para que la gente se abstuviera de grabar en video o audio durante el concierto. Ya incluso cuando faltaba incluso una hora para el comienzo, la sala presentaba una gran afluencia.

Lo que pudimos ver esa noche es difícil de describir en un texto, ya que la percepción y el disfrute se siente y es muy difícil hacerle justicia con palabras. Tuvimos una noche donde hubo de todo: progresivo, electrónica, pop, jazz, metal, alternativo, new age… Y es que Steven Wilson ha tocado muchos palos en sus 8 álbumes en solitario (dejando a un lado EPs, covers y remixes),lo que le da una fácil heterogeneidad a la hora de confeccionar la lista de canciones a interpretar. Eso genera también discrepancias con los fans que se ven inclinados únicamente por un único estilo en concreto, pero podemos decir que el repertorio convenció.

Convenció porque se interpretó lo nuevo. De hecho pudimos escuchar sin ninguna espera, lo que es su nueva obra en su totalidad, además de dos largos temas de su anterior “Harmony Codex” (2023), novedad en directo ya que recordemos que Steven no gira en solitario desde hace siete años. Tuvo presencia “Hand. Cannot.Erase”(2015) con tres canciones, su debut “Insurgentes” (2008) (que pronunció en castellano y luego con acento americano según él) con dos canciones, y teniendo solo un detalle para el grandioso “The Raven that refused to sing” (2013) con la interpretación del tema homónimo para cerrar la velada.

El EP “4’5” (2016) aportó “Vermillioncore” y quizás para mí, lo más flojo del repertorio fueron los dos temas de Pocurpine Tree, que fueron bien ejecutados, pero que, conociendo todos el catálogo de Pocurpine Tree, muchos habríamos escogido otros dos temas para elevar más el nivel. “Grace for Drowning” (2011) fue su disco olvidado de la noche, pero evidentemente, todo no se puede tener.

Con puntualidad británica se apagaron las luces, los músicos invadieron la escena y la voz en falsete de Steven Wilson dio el pistoletazo de salida para comenzar su nueva obra discográfica, un álbum concebido al estilo de los grandes vinilos de los setenta, con dos canciones, una por cada cara, canciones de larga duración pero que el disco en su conjunto resulta corto. Con Steven en el centro del escenario, el corte fue arrancando y se fue desarrollando con interesantes y luminosas proyecciones en la pantalla. El arranque fue seguido con atención y la explosión del público se produjo a la llegada de la parte melódica cuando Steven pasa a empuñar la guitarra acústica.

La primera parte de “Th5 Ov5rv95w” ya había conquistado a la sala. A continuación comenzó la segunda, mucha más electrónica y con más intensidad en las proyecciones. Creando en la sala un ambiente futurista y espacial, ayudado sonoramente por los altavoces colocados estratégicamente en el fondo de la sala, una práctica habitual de Steven en los conciertos, enriqueciendo el sonido y evidenciando los factores acústicos innovadores del gurú británico, quien quería para este disco la creación de un sonido espacial, algo que sin duda ha conseguido. Muy reseñable en desempeño de Craig a la batería en la parte final del segundo tema.

A la terminación su obra más reciente, tras 40 minutos de actuación, Steven se dirige por primera vez al público para saludar y comunicarnos que se da un descanso de 20 minutos para iniciar a continuación el segundo set, momento que aprovechó gran parte del público para repostar elementos hidratantes, dado el calor en la sala.

El segundo set arrancó de manera suave y electrónica, con Steven y Adam Holzman solos en el escenario interpretando “Harmony Codex”. Conforme iba avanzando el tema percibimos, al igual que en algunos otros momentos musicales suaves, algunas salidas de tono de algún espectador no respetando los momentos musicales con algún grito o murmullos. La música de Steven Wilson es rica hasta en sus silencios por lo que algunos no supieron respetar esos momentos. Adam Holzman estuvo soberbio toda la noche, arropando y aportando los solos de forma magistral.

El arranque de “Home Invasion” y su interpretación con su candencia zeppeliana levantó la pasión entre el público, con un Nick Beggs con varios bajos colgados en el cuerpo, con un uso predominante del Chapman Stick en modo virtuoso. De continuo, redondearon con “Regret #9” con su proyección emblemática de ojo infinito y esa base instrumental enigmática y cautivadora, donde los solos se van sucediendo y sale a relucir la magia de unos músicos incontestables, dejando otra secuencia irrepetible en la noche. A continuación, Steven cogió el micrófono para dirigirse al público y descargar a continuación “What Life Brings”, que sonó a la perfección y donde el bajo de Nick Beggs perfiló con elegancia cada compás, además del fantástico y elegante solo de Randy McStine a la guitarra.

Vino el momento para tirar de histórico, algo habitual en los directos de Steven y rescatar dos temas de su banda Pocurpine Tree. La elección fueron dos temas “Voyage 34 (Phase I)” de esa álbum experimental “Voyage 34”(2000), que sonó muy electrónica, con ciertos matices pinkfloydianos y que en cierta forma recupera el espíritu de su último álbum y “Dislocated Day” del álbum “The sky moves sideways”(1995) que la gente disfrutó de lo lindo bailando y coreando su riff referencial, con un momento para el público donde se bajó el sonido, se interactuó con el público, para concluir con una explosión sonora final. Ambos temas se interpretaron sin proyecciones en las pantallas traseras y con una alegre iluminación de barras con múltiples y vivos colores.

Momento para “Abandoner” que sonó tétrica y oscura, en consonancia con las proyecciones de muñecas rotas y sucias, locura, miedo…; para seguir con “Impossible Tightrope” de vuelta con los sonidos electrónicos con arranque a lo Vangelis, en otra demostración instrumental impecable, que a su finalización, Steven aprovechó para presentar a los miembros de la banda y a agradecer a todos los miembros de su staff el trabajo en esta gira que concluía con este concierto.

Ya enfilando la recta final, no podía faltar una de sus clásicas, esta vez de toque alternativo, la también oscura “Harmony Korine” con la proyección de imágenes de su videoclip, con esos engendros humano-animales, en una canción llena de intensidad que sonó grandiosa y que se encargó de poner la sala en ebullición. Para concluir “Vermillioncore”, para mostrar la cara más jazzística, otra exhibición instrumental, donde destacó Craig Blindell a la batería, quien tuvo una relevancia absoluta, tal y como ocurrió en algunos otros momentos de la noche.

La banda se retiró del escenario unos minutos para volver y acometer un bis de ensueño, dos temas referenciales y obligados para cualquier fan, la grandiosa “Ancestral” y la emotiva “The Raven that refused to sing”. La primera sonó a la perfección y fue tremendamente celebrada por los que estábamos allí, una canción que lo tiene todo, una muestra del progresivo de Steven, con un sentido gran solo de Randy McStine, y todo lo demás, porque este corte no tiene desperdicio. La segunda con su videoclip proyectado en la pantalla hizo saltar más de una lágrima, emotiva a más no poder, grandiosa e ideal para concluir la velada, recurso Steven ha utilizado en giras anteriores.

Apoteósica la noche vivida en la sala La Riviera, había muchas ganas de volver a ver a Steven Wilson después de tanto tiempo y eso se notaba. El público salió de la sala con una sonrisa de oreja a oreja con la sensación de haber vivido una gran noche. Cierto es que ver este espectáculo en un teatro sentado, tal y como ha ocurrido en otras ciudades, es sin duda más increíble aún, que verlo en una sala discoteca, pero lo importante es verlo y los que estuvimos allí, salimos con la misma satisfacción de siempre, la de haber disfrutado de este músico, productor, innovador y creador sonoro, uno de los grandes genios musicales de nuestro tiempo.

Texto y fotos: Toni Marchante

Setlist:

Set 1:

Th5 Ov5rv95w
Objects Outlive Us
The Overview

Set 2:

The Harmony Codex
Home Invasion
Regret #9
What Life Brings
Voyage 34 (Phase I)
Dislocated Day
Abandoner
Impossible Tightrope
Harmony Korine
Vermillioncore

Encore:

Ancestral

The Raven That Refused to Sing