Una vez más hablamos con el hiperactivo Manuel López Poy, esta vez para hablar sobre su último lanzamiento… un homenaje al blues que lo transforma en una novela gráfica que edita como siempre Redbook Ediciones… Esto es lo que nos cuenta.

David Aresté


M.S: Hola Manuel, es un placer volver a tenerte por aquí, ¿Cómo estás?

Pues encantado de estar aquí de nuevo y agradecido por que me hayas invitado.

M.S: Una típica para empezar… ¿Qué balance haces de 2022?

Profesionalmente ha sido un buen año. La carga de proyectos que puse en marcha en los dos años anteriores acabó fraguando en dos cómics, un libro y una novela gráfica. En lo personal, pues como casi todos, tratando de no naufragar en tiempos extraños.

M.S: Vuelves a las estanterías esta vez con una novela gráfica, recordando y homenajeando al blues… algo tan extenso e intenso da para las páginas de una novela gráfica?

Ese ha sido el principal reto: meter en 84 páginas de un máximo de cuatro viñetas por página, tres siglos de historia de la música afroamericana. No ha sido nada fácil, pero creo que lo hemos conseguido… a costa de sacrificar parte de la información, algo que queda sobradamente compensado con la excepcional calidad de los dibujos de Pau Marfà. Lo importante es que al final la narración visual es tan potente, que con los datos justos, permite al profano acercarse al blues de una forma fácil, y al aficionado disfrutar del género desde una nueva óptica.

M.S: Nos encanta que recuerdes al blues, un género al que se le debe mucho y mucha gente mira para otro lado cuando se le debería tener mucho más respeto… ¿Cómo surge la idea de darle forma a al lanzamiento?

En mi caso se trata de un encargo de la editorial Ma Non Troppo que estaba poniendo el proyecto en marcha con Pau y buscaban un guionista… No debió ser muy difícil echar mano de un colaborador habitual de la casa que ha escrito varios libros sobre el género. Me llamaron cuando estaba a punto de salir del metro y creo que acepté antes de llegar a la calle. Lo cierto es que estoy encantado de haberme embarcado en esta aventura con Pau Marfà, que es un magnífico ilustrador que se ha imbuido en el espíritu musical, social e histórico de la obra y ha hecho un trabajo excepcional.

M.S: Una novela gráfica es una novela o es un cómic? Habrá más volúmenes sobre el tema?

Empezamos por el final: me temo que no, al menos sobre el blues como género. Otra cosa es que en algún momento se piense en aplicar esta formula a otro género musical. Pero de momento me dedico a cabalgar por Montana, en la próxima novela de Samuel Shot.

Respecto a lo de cómic y novela gráfica, a mi es una porfía que me cansa. De hecho, al principio he usado las dos acepciones: cómic para una biografía y una historia de aventuras medievales en formato álbum, y novela gráfica para la historia del blues, ya que es así como figura en su título. Y sin embargo, yo personalmente no veo la necesidad de esa diferencia de etiquetas más allá que desde un concepto comercial, dicho sea con la mejor de las intenciones. Entiendo que de alguna forma el concepto novela gráfica da como un aire más serio, más intelectual, al asunto. Pero yo voy a seguir llamándoles tebeos y escribiendo según lo que requiera cada proyecto. Intento huir del marketing, aunque eso sea una utopía.

M.S: Lejos de está división tan superficial que hacemos… está teniendo mucho tirón el mundo de las novelas gráficas, ¿Cómo lo ves tú? Ese auge te ayudó a decidirte por ese formato?

El formato en realidad fue una decisión de Pau y la editorial, que además en este caso le dieron una vuelta de tuerca al asunto y apostaron por un formato cuadrado, de un tamaño que recuerda al EP. De hecho, comencé trabajando con un formato tradicional vertical, planificando páginas de 6 a 8 viñetas y tuve que reconvertirlo todo en páginas de 2 a 4. Fue un nuevo reto y eso siempre estimula.

M.S: Alguien tan hiperactivo como tú seguro que ya tiene preparados varios lanzamientos para 2023, ¿Qué nos puedes contar al respecto?

Lanzamientos con fecha cerrada, no. Lo que tengo son un follón de frentes abiertos, que van desde un cómic sobre un revolucionario gallego en Argentina, a una novela de vaqueros, pasando por otro cómic sobre Alonso de Ojeda, los textos de un libro de fotografía sobre los músicos del blues en Barcelona, un especie de ensayo sobre novela negra… En fin, lo que te decía, un jaleo… y que me dure.

M.S: Gracias por tu tiempo de nuevo, si quieres dejarnos un último mensaje este es el momento… suerte con esta novela gráfica y en todos los que edites…

Simplemente renovar las gracias a vosotros y desearles la mejor de las suertes a los lectores. Salud!

David Aresté