Sonaba su primer tema, El santo, algún fallo de afinación por parte de David en este primer tema, pero que poco a poco fue solucionando. Desprendían ganas y actitud. Siguieron con Tu corazón en mi, Rompiendo Cáscaras y Corazón Clepsidra. A diferencia con el disco, tienen el directo muy guitarrero, sucio, macarra, pero con esa clase que les caracteriza a ellos.
 No es fácil defender temas como los del disco en directo, por la voz, la instrumental y la buena producción del mismo, pero lo estaban logrando, tema a tema iban convenciendo al público quienes eran y porque estaban ahí. Tras una breve explicación del tema, llegó la hora de Queridos golpes, coreado por muchos de los presentes.

La llave de la jaula, ortigas en el cielo y 1+1= infinito, son 3 de los temas más conocidos y queridos, y por tanto, de los más coreados. Lo curioso fue que una pequeña parte del aforo se fue marchando, se notaba por el espacio pero no por el alma y las ganas de los más incondicionales a la banda, que con su todavía corta trayectoria, es bastante querida, aunque poco conocida a nivel de la provincia de Valencia. A partir de ese momento, la sensación de éxito empezaba a ser indiscutible, que a pesar de no poder contar con un escenario de medidas adecuadas, todos los miembros del grupo se sabían manejar con bastante fluidez.

Como presentación al siguiente tema, David solo dijo…”Un regalito”, y comenzaron a sonar los primeros acordes de Time is running out de Muse, que causó satisfacción, con lo cual, no faltaron ni palmas, ni coros, y por lo que pude comprobar, muchas sonrisas. No es un tema fácil, pero lo lograron.

Se acercaba la hora del final, La cuchilla y las estrellas, en la que puedo decir, que la guitarra de Rafa en este tema estaba muy conseguida.
Faltaban dos temas, y el público se puso las pilas, intentando aprovechar lo poco que quedaba de el concierto que esperaban desde hacía tiempo, El último poema y las once eses del camino, que esta última fue la que más se cantó, y se disfrutó.

Yo lo relaciono con el dicho “Nunca sabes lo que tienes hasta que lo pierdes”, por eso en este último tema el público que quedaba se volcó totalmente con la banda. Y por lo que pude comprobar en los ojos de los componentes de Evohé, quedaba la satisfacción de una noche en la que el rock de esta gran banda de Madrid se hizo presente en los corazones de todos los asistentes.

¡AVE!

Texto: Isabel Martínez
Fotos: Naty Matao