Tras publicar una serie de discos en los que se empeñó en darle la razón a todos aquellos que opinan que los discos instrumentales de guitarra son aburridos, en los que lo único notorio fue el pleito por el presunto (más que evidente) plagio de Coldplay, parece que el mejor Satriani está de vuelta.

El último gran disco que grabó fue Crystal Planet y eso fue en 1998, demasiado tiempo para alguien que revolucionó el mundo de la guitarra a mediados de los 80. Engines Of Agression no era un mal disco, por lo menos asumió riesgos adentrándose de lleno en los ritmos electrónicos, pero resultó un disco muy desigual. Desde entonces se ha limitado a grabar discos con el piloto automático puesto. Discos sin gracia alguna y aburridos hasta la nausea.

Por suerte este Black Swans and Wormhole Wizards está a años luz de ser aburrido. Con su colaborador de toda la vida Jeff Campitelli y con la aportación del multiinstrumentista y genial Mike Kennely, Satriani da forma a un disco que está a la altura de lo que el se espera.

Un disco que se abre de manera magistral con Premonition, con grandes dosis de melodía y la guitarra de Satch en plena forma. Un tema muy vital, en la mejor línea del Satriani de Crystal Planet o The Extremist y que nos advierte de lo que vendrá a continuación.

Dream Song y Phyrric Victoria son los siguientes, grandes temas que no hacen decaer en ningún momento el gran empiece de este disco, y que nos reconcilia con la guitarra de este maestro. El primero muy rockero. Con Joe haciendo de las suyas sobre un ritmo muy vacilón y el segundo con una melodía grandilocuente que podría ser perfectamente el himno de Venus o algo parecido.

Light Years Away se construye sobre un gran ritmo de bajo y batería bucleado, sobre el que Satriani despliega lo que mejor sabe hacer. Grandes melodías en las que no necesita cantante alguno, solo su guitarra y su técnica. Otra gran noticia es que Joe no canta en ningún tema.

El breve y bonito interludio Solitude da paso al segmento menos inspirado del disco. Littleworth Lane, un tema en clave de Blues aburrido e insípido y Two Sides Of Every Story, cadenciosa y con pinceladas jazzys que no aportan nada. Entre medias de ellas se encuentra una especie de Jam con aires orientales The Golden Room que no deja de ser un solo muy interesante de Satriani, pero que se diluye entre esas dos canciones que no aportan nada y que hacen temernos lo peor en lo que queda de disco.

Por suerte la cosa repunta con Wormhole Wizards y de que manera. El Satriani más inspirado, el Satriani de su obra maestra Surfing With The Alien. Un tema que podría haber encajado perfectamente en ese disco. Sublime de melodías y ambientes y con la mejor interpretación de guitarra de Satriani en años para una canción redonda. Solo por esta canción merece la pena poseer este disco. Coldplay deben estar tomando apuntes.

Wind In The Trees es más experimental, muy en línea con lo que hace su adorado Jeff Beck últimamente. Con un wha wha marciano que da forma una delicia de canción, con todas las señas de identidad que hicieron grande a este hombre.

God Is Crying cierra el CD de la mejor manera posible. Una canción enérgica con las melodías únicas que solo Satriani era capaz de conseguir, y que por suerte ha conseguido para este muy buen disco. No es el mejor disco de Satriani, pero si el mejor Satriani en muchos años. El Satriani que fue uno de los guitarristas más influyentes de los últimos 20 años. El Satriani que pasará por España en breves fechas y eso son palabras mayores.

Guillermo Diéguez.

Temas:
1. Premonition
2. Dream Song
3. Phyrric Victoria.
4. Light Years Away
5. Solitude
6. Littleworth Lane
7. The Golden Room
8. Two Sides To Every Story
9. Wormhole Wizards
10. Wind In The Trees
11. God Is Crying