Kee Marcello + Hora Límite – 3 de Abril’19 – Sala Silikona (Madrid)
“Cumpleaños” de discos, músicos que no venían hace años… así que esta vez tocaba el desembarco de Kee Marcello para celebrar el 30 aniversario del “Out of this world” de Europe.
Texto y fotos: David Aresté
El sueco ofreció 3 fechas por España para rememorar un disco que la banda madre no trata mucho en sus conciertos (quizá porque él estaba en la composición de los temas), así que era una buena excusa para ver que era eso del repertorio basado en ese disco, suponiendo que lo iba a tocar de forma íntegra. Para abrir la velada tuvimos a los locales Hora Límite que estaban presentando su último disco “Resultado de un error” editado el año pasado.
El quinteto nos mostró un hard rock mezclado con heavy metal en ciertos momentos que hacía de su propuesta algo compacto y con fuerza aunque tampoco descubrían nada nuevo. Tocaron temas como “Luna de Abril”, “Princesas” o “Lárgate” en sus 45 minutos de actuación más un bis por petición popular que se encontraron por sorpresa y se sacaron de la manga una versión de “Días de escuela” de Asfalto que terminó de agradar al público asistente y poner una bonita firma al concierto. Tienen la base, tienen el primer disco…. esperemos que no tarden tanto en sacar el siguiente y evolucionen a algo más personal para recuperar el sitio que podrían haber dejado unos Nexx u OffTopic y sean ellos los que marquen tendencia.
Momento de dejar listo el escenario libre para Kee Marcello y… los suyos (?), Alessio Contorni a los teclados, Daniele Michelacci a la batería y Marco Polizzi al bajo… banda italiana al igual que su compañero de sello en Frontiers Music Johnny Gioelli, sumando las casualidades que esta gira acababa en Italia, así que no es gratuita nuestra primera deducción. Durante la noche el amigo Marcello que tenía «el fuck muy suelto” y parecía americano en vez de sueco, hizo un par de bromitas para Tempest y Norum. Fueron sin ninguna malicia, pero sin duda lo que tendría que haber hecho es haberles dado las gracias por dejarle tocar todo lo que tocó esa noche, porque lejos de ser un homenaje al “Out of this world” fue un concierto de Europe con todas las letras.
Aunque si es cierto que predominó el disco homenajeado tocando la mitad de los temas y algunos que no tocan sus compañeros. Así que disfrutamos con “Ready or not”, “More than meets the eyes”, “Let the good times rock” o el “Tower´s calling”… disfrutamos con esas y nos horrorizamos con el destrozo que hizo en “Sign of the times” alargándola sin necesidad y con “Supertitious” cortando el solo y uniéndola con “No woman no cry”. Como excusa presentó algún tema de sus proyectos en solitario como “Scalin Up” o “Fix me” bajo la indiferencia del respetable que esperaban los temas de los suecos. Para acabar y como sorpresa se trajo el “Girl from Lebanon” arrancando los suspiros de los nostálgicos, “Carrie” que obviamente no pudo cantar sin dejar de ser algo irrisorio y el “The final countdown” que se inventó medio solo.
La banda que le acompañó como era de esperar fue de acompañamiento haciendo el mismo servicio que una base que se podía disparar desde la mesa, pero nos alegró ver la fuerza de Daniele a la batería. Tampoco podemos negar lo evidente y hay que decir que Kee toca maravillosamente bien (se quiso poner una medalla con algo bastante trillado ya como es el vuelo de Korsakov), y que nos arrancó más de un suspiro por oír la guitarra original de esos temas… no podemos decir lo mismo de su voz, y ahí lo dejamos.
Es curioso que todos aquellos que no les gustan los tributos no se quejaran de que esto podía serlo, o que lo fue… estamos de acuerdo en que Marcello fue miembro de la banda pero se acerca a los 30 años que ya no está en ella. Así que nos vemos la diferencia que puede haber entre que unos chicos de Leganés (por decir un nombre al azar) que se llamen “The boys from Lebanon” toquen este repertorio y lo que hizo él esa noche. Podría haberlo hecho mejor, pero no lo hizo… podría haber traído una banda mejor, pero no la trajo…. podría haber respetado, pero no lo hizo.
Texto y fotos: David Aresté
