Nuevo álbum de Marty Friedman que continúa el camino trazado en sus últimos discos con una secuencia de temas instrumentales donde podemos disfrutar de sus melodías y su técnica.

Si bien es cierto, en este nuevo álbum se apoya más en la programación fundamentalmente en las bases rítmicas, pero continúa deleitándonos con ese conglomerado de melodías espectaculares y esos solos tan personales.

Marty en los últimos discos ha orientado sus trabajos fundamentalmente al mercado japonés con música más propia de videojuegos o “pistas de baile japonesas”, pero lo cierto es que me viene gustando lo que viene haciendo. Se trata de una fórmula sencilla transgrediendo barreras musicales y fusionando estilos tan dispares como el trance, dance, pop con el metal. Sin ningún tipo de experimentación y basándose en los tres recursos básicos de la guitarra eléctrica: el riff, la melodía y los solos.

Hablar de Marty es hablar de una de las guitarras más personales del mundo del metal. El guitarrista estadounidense comenzó en solitario y formó parte de aquel Cacophony junto a Jason Becker. Pasó después a ser durante muchos años uno de los sólidos pilares a la sombra de David Mustaine en Megadeth.

Aunque en ese periodo grabó algunos trabajos en solitario, la salida de Megadeth no hizo más que explosionar la creatividad acumulada durante tantos años ya que su excelente técnica había quedado claramente contrastada. En la actualidad reside en Japón donde a parte de la música se dedica al mundo de la televisión y del cine.

No voy analizar los temas uno a uno pues básicamente diría en todos lo mismo. La mayoría poseen una base rítmica más propia de trance, donde Marty nos ha montado una estructura de riffs y va acoplando melodías muy propias de aquellos “master guitar” de los ochenta que acaba complementando con buenos solos de guitarra consiguiendo así temas muy dinámicos.

El tema que abre “Specimen” es ideal para mover el esqueleto en cualquier pista dance. Para el primer single del disco “Bad DNA” ha realizado un video espectacular basado en “La novia de Frankenstein” y posee una de las melodías más conseguidas del álbum como las que también podemos disfrutar en temas como “Battle Scars” o “School Spirit delinquent”. De todas formas ninguna alcanza el nivel de “Story” de su anterior disco “Tokyo jukebox”, para mi gusto su mejor tema, aunque no sea original suyo.

También podéis encontrar temas de riffs orientales en “Ramdon Star”,cortes acelerados sin llegar al Speed como “Glorious Accident”, o situaciones de múltiples velocidades como “Exorcism Parade”.

Para concluir el disco nos encontramos un bonus que nos deja un buen sabor en el cierre, con la versión muy disco del tema “Time to say Goodbye”; tema opera-pop originalmente llamado “Con te partiro” compuesta originalmente por Sartori y Quarantotto y que hizo famosa el tenor italiano invidente Andrea Bocelli.

Si queréis disfrutar de un álbum de guitarra con buenas melodías, aderezos pop y riffs metaleros en diferentes velocidades, este puede ser vuestro disco. No esperéis encontrar desarrollos progresivos o escalas neoclásicas y barrocas, aquí sólo encontraréis calidad a raudales.

Toni Marchante

Temas:
01. Specimen
02. Bad D.N.A
03. Weapons Of Ecstacy
04. Hatejoke
05. Glorious Accident
06. Random Star
07. Picture
08. Battle Scars
09. School Spirit Delinquent
10. Exorcism Parade
11. Time To Say Goodbye (Bonus track)