Moby Dick nació a comienzo de 1998. Tras los consabidos cambios de músicos en sus filas y la grabación del ep “Nacidos para odiar”, tres años después queda establecida la formación que aun hoy perdura en las figuras de Jose Dick a la voz y guitarra, Pepe Calero al bajo y voz y Jesus Calero en la batería.

Cuatro discos grandes han sacado este trío, a saber: “Biodegradable” (2000 Alcatraz Records), “El pulso de los ilegales” (2003 Zerorecords), “En busca del edén” (2007 Toc-toc records / Santo Grial) y el novísimo “Campo y cama” (2011 Maldito Digital), grabado, mezclado y masterizado en los estudios Cube de Madrid de la mano de Alberto Seara (Sôber, Mago de Öz, Hamlet, Los Suaves, Lujuria).

También han participado en varios recopilatorios, en la banda sonora del corto “La Funcionaria Asesina” e incluso grabado el tema inédito “Vivir” para incluirlo en un disco en contra de la violencia de género, causa con la que el grupo está bastante comprometido. Más de 150 conciertos les avalan, entregados al maximo a su público tanto en salas, en festivales como el Viñarock o en su 1º gira internacional que les llevo a Cuba.

Los casi siete minutos de “Campo y cama” dan para un temazo de metal compacto con algunos cambios de ritmo de lo mas estimulantes. A pesar del titulo “Putas ladillas” no va dedicada a esos bichitos tan molestos que se mal adquieren en casas de mala reputación, sino que es una dura crítica a esa gentuza que rondan a los músicos mas prometedores para sacarles todo lo que puedan. Rock and roll metalizado ideal para mover el esqueleto sin parar.

“No sé quién soy” y “¿Dónde está Dios?” son temas de ese rock metal tan en boga en la actualidad.Como decíamos antes Moby Dick tocaron en Cuba y “Habana” es un homenaje a dicho país en general y a su capital en particular. Un medio tiempo intenso y emotivo que te pondrá los pelos como escarpias.

Si con “Rabia” y “Falsos nombres” tiran más por el camino del metal alternativo con “Perdición” se marcan un genial tema de metal urbano como ellos mismos gustan definirse.“Vivir es mi enfermedad” me recuerda a Black Sabbath por esa cadencia lenta de guitarras machaconas.

Cierran con la preciosa “Paraíso”, otro medio tiempo que destila emociones por los cuatro costados.Tengo que reconocer que este disco me ha sorprendido gratamente. Encuentro que con los años han sabido madurar y definir estilo para centrarse en ese peculiar sonido que podríamos definir como una mezcla de rock urbano, heavy añejo y metal moderno actual.

Andrés Horrillo

Temas:
Campo y cama
Putas ladillas
No sé quién soy
¿Dónde está Dios?
Habana
Rabia
Falsos nombres
Perdición
Vivir es mi enfermedad
Paraíso