Una vez más, Pain of Salvation son un referente para el metal progresivo. Palabras mayores. Si ya era difícil que resultaran indiferentes para alguien, con Panther han desarrollado un trabajo ecléctico que no se deja intimidar ante las decisiones arriesgadas.

Sara J. Trigueros

La banda de Daniel Gindenlöw se ha vuelto a enfrascar en un trabajo conceptual que tiene en la búsqueda de un sonido propio una de sus principales señas de identidad. No pretendo engañar a nadie: para habituarse a este nuevo disco son necesarias varias escuchas. Y preferiblemente atentas y con la mente abierta. Quien espere encontrar en Panther una continuación de In the Passing Light of Day se puede llevar una sorpresa.

En conjunto, el undécimo disco de Pain of Salvation es difícil de definir, pero no hace falta adentrarse en profundidad para darse cuenta de que la nota distintiva de la mayoría de cortes va a ser la presencia de elementos electrónicos. Los encontramos esparcidos con profusión desde los primeros compases de «Accelerator» y «Restless Boy», dos de los temas adelanto que ya se habían podido catar antes de que el disco saliera a la venta. En el primero de ellos escasean las guitarras, pero la ausencia se ve compensada por una base rítmica sustentada en el sintetizador, arreglos vocales poco melódicos pero con carácter, una atmósfera oscura e interludios algo melancólicos. «Restless Boy», en cambio, se construye a partir de pequeños elementos que se van superponiendo; los efectos y filtros en las voces generan una falsa sensación de calma, pero no hay que dejarse engañar, porque más adelante no van a dar tregua. En ambos encontramos una amplia gama de detalles bien ensamblados que nos recuerdan que estos suecos son un referente del metal progresivo no por casualidad.

Sin dejar de lado los elementos electrónicos, encontramos temas más convencionales donde la presencia de las guitarras es un poco más acusada, como es el caso de «Unfuture», probablemente uno de los más metaleros y pesados. Las diferentes líneas vocales y el sintetizador irán jugando a crear varios ambientes de tensión y distensión. En esta línea se encontrarán también cortes como «Species», que sigue la estela del rock alternativo de los años 90, o «Wait», que con una introducción estándar al piano y pasajes intimistas a las voces van dando paso al momento culminante del tema en el que se sucede una enumeración de lapsos de tiempo «for me to become I, / for things to become right / while life will pass you by». Sus 7 minutos de duración (algo inusual en este disco y que resulta sorprendente dada la cantidad de elementos progresivos que contiene) no se hacen para nada largos.

Mención especial para la(s) joya(s) de la corona: «Panther» e «Icon». En el homónimo encontramos la piedra de toque para calibrar el álbum: en un primer momento puede hacernos pensar que el disco no es todo lo compacto que debería, pero el arrojo que demuestra hace que las sucesivas escuchas merezcan cada vez más la pena hasta el punto de haberse convertido en el tema que más me ha seducido con diferencia (a pesar de estar en las antípodas de mis preferencias personales). «Panther» podría haber aparecido en plena oleada de nu metal, con una introducción rapeada de algo más de minuto y medio que da paso a las mejores (por íntimas) melodías vocales de todo el álbum.

«Icon», por otro lado, es el único tema verdaderamente largo (más de 13 minutos). Se aprovecha su extensión para estar cargado de matices y tiene un carácter aún más melancólico y oscuro que «Panther», lo que convierte a la pista en un trabajo de orfebrería tan delicado en el que, en ocasiones, la introspección de Gildenlöw llega a doler.

Me dejo fuera «Keen to a Fault» y «Fur». El primero es otro tema progresivo plagado de elementos electrónicos en el que quizá lo más destacado sea que es donde más se disfruta la labor de Gustaf Hielm, bajista cuya salida se anunciaba recientemente. En «Fur» encontraríamos un corte instrumental de carácter folk que sirve para respirar un poco antes de la recta final. No llegan al nivel de otros momentos compositivos del disco, pero tampoco los empañan.

En fin, resta poco que decir. No era fácil, y, sin tratarse de su mejor trabajo, es, sin embargo, uno de los más personales y valientes. Una exploración de los límites del metal progresivo que, sin duda, resulta más que satisfactoria.

Sara J. Trigueros

Temas:
1. Accelerator
2. Unfuture
3. Restless Boy
4. Wait
5. Keen to a Fault
6. Fur
7. Panther
8. Species
9. Icon