Uno de los lanzamientos más esperados ha tenido lugar estos últimos días. Se trata de la remezcla del álbum “Animals” de Pink Floyd, un disco que siguió a los emblemáticos “The dark side of the moon” y “Wish you were here” que vio la luz allá por enero de 1977.

Toni Marchante

Por fin tenemos en 2022 la publicación de la remezcla de este álbum que se realizó en 2018 y que estaba paralizada por la negativa de David Gilmour (guitarra) a su publicación, al no estar de acuerdo con las notas escritas por Mark Blake que iban a aparecer en el libreto de este lanzamiento.

Sobre las notas en cuestión, Gilmour no manifestó que fueran falsas, si bien, prefería que los hechos que reflejaban se mantuvieran en secreto. La réplica de Roger Waters a la negativa de Gilmour, al no permitírsele publicarla en la web de Pink Floyd , la hizo a través de su propia web. El texto de la controversia lo podéis leer en este enlace https://rogerwaters.com/animals-new-mix-update/.

“Animals” se ha reeditado posteriormente varias veces, incluso en 2016 contó con la remasterización de James Guthrie, Joel Plante y Bernie Grudman, tirando de las grabaciones analógicas originales, donde pudieron conseguir cierta mejoría en el sonido.

Pero el trío de remezcladores lejos de estar conformes con ese trabajo, perseveró llegando a esta remezcla de 2018, donde se percibe una diferencia más que notable respecto de la grabación inicial. Ahora después de 4 años podemos disfrutar de ella, sin el texto de la discordia, que en el fondo, es lo que menos importa.

En el Remix 2018, los instrumentos suenan más limpios y más naturales, llegando a conseguir una excelente producción, nada que ver con la primera grabación editada. Esto sitúa a este disco al nivel sonoro que se merece. Probablemente, prestando atención en esta versión, escucharás cosas que no habías oído nunca. No es necesario llegar a la grabación en 5.1 que también se ofrece en algunos formatos de este lanzamiento, para darse cuenta de la excelencia que supone esta entrega respecto de su original.

Volviendo atrás, nos remontamos a la gestación de este álbum. El grupo inglés venían de alcanzar un gran éxito de sus dos anteriores discos, paridos en los Abbey Road Studios de Londres. La ambición del cuarteto inglés les llevó a comprar un edificio de tres pisos en el 35 de Britannia Row en Islington, para convertirlo en su propio estudio de grabación.

La adecuación del mismo les llevó hasta abril de 1976 donde a partir de ahí la banda comenzó a trabajar en su décimo álbum de estudio “Animals”. La inexperiencia y los medios hicieron que no gozaran de la ingeniería de sonido de sus álbumes anteriores, ya que no pudieron contar con la tecnología de punta con la que contaban en su anterior estudio Abbey Road.

Para este disco la banda trabajó con el ingeniero Brian Humphries, centrándose la grabación en el periodo de abril de 1976 hasta principios de 1977. Del material incluido en el álbum ya había material procedente de las sesiones de “Wish you were here”, que no fueron incluidos en este último y que incluso se llegaron a interpretar en directo.

Hablamos de las canciones “Raving and Drooling» y «Gotta Be Crazy», que se convirtieron en «Sheep» y «Dogs» respectivamente. En cuanto a autorías, con la excepción de «Dogs», coescrita por Gilmour, todas las pistas fueron compuestas por Roger Waters. Ni Nick Mason ni Richard Wright contribuyeron mucho en Animals, no apareciendo por tanto en los créditos.

Hechos personales de las dos cabezas pensantes (devaneos amorosos de Waters y el nacimiento del primer hijo de Gilmour) también hicieron que no estuvieran muy centrados en el proceso final grabación, lo que redundó en una peor producción comparado con los discos anteriores.

El entorno musical de la época también suponía una dificultad en lo que la música de Pink Floyd ofrecía. Cierto es que hablamos de un periodo donde el rock sinfónico se encontraba en un gran momento, pero comenzaron a proliferar con fuerza nuevos horizontes sonoros, como el punk, la música disco, etc…

En “Animals” Roger Waters toma el mando queriendo dominar en la composición y en los conceptos, asumiendo un papel egocentrista. Podríamos decir que el distanciamiento y las discusiones de Roger con sus compañeros comenzaron de forma seria en este álbum.

Sin embargo, a pesar de ello, en letra, música y en la ideología del disco, se percibe (al contrario de lo que ocurre en “The Wall” donde Waters es el dueño de todo), que reina una democracia musical fructífera en el álbum. Los solos de Gilmour (que canta en “Dogs” y toca el bajo en casi todos los temas) son grandiosos y personales. La presencia de Wright pese a no componer en ningún tema, está en todos los sitios, con atmósferas claramente personales, basadas en el órgano Hammond, el mini moog, el piano o los sintetizadores.

Una de las anécdotas de estos malos rollos por ejemplo, es que la banda había discutido a cerca de contratar a otro guitarrista para las siguientes giras, invitando a Snowy White al estudio. Después de que Waters y Mason borraran sin querer un solo de guitarra que había terminado Gilmour, le pidieron a White que grabase un solo de guitarra para «Pigs on the Wing». Este solo no aparece en la publicación “Animals”, pero sí se incluyó en la versión cartucho 8-track del álbum.

En este disco Roger Water impone su tendencia a conceptualizar los trabajos. Y lo hace con su inconfundible estilo crítico, a la sociedad, a la política y a los estados emocionales y mentales. En este caso se centró en las condiciones sociopolíticas de Inglaterra y la decadencia del mundo industrializado de la década de 1970.

Para poder expresarlo se basó en el libro “Rebelión en la Granja” de George Orwell, donde varias castas de la sociedad están representadas a través de diferentes animales: perros como los representantes de la ley, cerdos como implacables mandatarios y ovejas como peones descerebrados.

La imagen de la portada original del álbum diseñada por Waters del cerdo flotando entre dos de las chimeneas de la estación eléctrica Battersea Power Station representada por Hipgnosis, pasó a ser uno de sus iconos, y para esta edición Remix de 2018 sufre una actualización, mostrándonos en blanco y negro la estación eléctrica en su estado actual. Lavado de cara, lavado de sonido.

Aunque el disco tenga cinco canciones, dos de ellas no superan el minuto y medio, por lo que el centro de atención está en las tres restantes. Las dos canciones cortas “Pigs on the wing” partes 1 y 2 son dos cortes acústicos gemelos. Ya el rasgueo inicial de la guitarra nos hace percibir un sonido diferencial.

Animals es un disco que en términos compositivos tiene gran calidad, pero la producción en su grabación reprimió mucho sus virtudes. Es increíble como esta nueva mezcla ha limpiado los instrumentos dándoles nitidez, algo que se percibe claramente en «Dogs».

En “Dogs” demuestra la gran clase de David Gilmour, los arreglos de teclado de Richard Wright siguen la estela de su álbum anterior. «Pigs (Three Different Ones)» nos puede recordar a «Have a Cigar» con una marcha más, donde volvemos a encontrarnos con un Gilmour grandioso de nuevo.

«Sheep»,con ese comienzo de piano jazz es cautivador desde el principio, el tratamiento de los teclados es de destacar y en la canción resalta mucho la gran labor realizada en la remezcla, donde verdaderamente concluimos en que han hecho magia.

“Animals” tiene la cruz de ser la continuación a dos obras maestras consecutivas, pero es un grandísimo álbum, con este lavado de sonido adquiere un nivel muy cercano al de sus predecesores. Esta remezcla es un disco indispensable en cualquier discografía e imprescindible para cualquier fan de Pink Floyd.

Como suele hacer Pink Floyd, este lanzamiento se realiza a lo grande, con la edición del material en CD, DVD, BluRay, vinilo y box set incluyendo todos esos formatos. También está disponible en las diferentes plataformas digitales.

Toni Marchante
Temas:

1.Pigs on the Wing 1
2.Dogs
3.Pigs (Three Different Ones)
4.Sheep
5.Pigs on the Wing 2