La última vez que Riverside visitaron Barcelona, menos de diez espectadores asistieron. Su fama en nuestro país ha aumentado desde que encabezaran la última edición del Minnuendo Fest en Navarra el pasado Julio, así lo atestiguamos las más de ciento cincuenta personas que nos hemos reunido para verles hoy. Se rumorea que van a tocar “Anno Domini High Definition”, su cuarto y último LP, en toda su gloriosa extensión. No creo que nadie tenga nada que objetar, es un disco magnífico.

Vamos agolpándonos en torno a la esquina de Salamandra 2, donde lucen los instrumentos en un pequeño escenario. Los sets de batería y teclados ocupan prácticamente todo el espacio. Por decisión de última hora del promotor,  los locales Harvest finalmente no van a amenizar la velada. En vez de eso, por los altavoces suena música  popular americana de los años 30 – que a un amigo le recuerda a la banda sonora del videojuego “Fallout 3” –. Entre eso y la elevada media de edad del público se respira un ambiente, digamos, venerable.

Las luces se apagan a eso de las diez. Riverside aparecen a escena tranquilamente. Su frontman Mariusz Duda luce una camiseta roja con la consigna “Dial Search Accept”, uno de los versos de “Hyperactive”. Abre la noche “02 Panic Room”. Desde el principio la banda goza de un sonido limpísimo, potente y muy envolvente. Mi preocupación por la calidad de la voz en directo se disipa enseguida. Duda es un cantante excepcional y ejecuta sus líneas con maestría. El canal de voz  tiene los efectos justos para hacerla más melosa  sin empañarla. Se nota que el sonido está muy cuidado, es poco menos que excelente.

La técnica del conjunto es deslumbrante y la ejecución brillante. Las intrincadas líneas sonoras se entrelazan a la perfección. Cada instrumento está en su sitio y suena en su justa medida. Piotr Kozieradzki golpea la batería con precisión milimétrica. Me llama la atención el flamante equipo que rodea al teclista Michał Łapaj, que va desde el mítico amplificador Leslie a un etherwave theremin, todo ello coronado por un simpático pollo de color rojo, a juego con la camiseta de Mariusz. Piotr Grudziński acaricia las cuerdas de su guitarra con un feeling más que destacable. Son todos unos musicazos impresionantes. El exceso de celo en la ejecución,  no obstante, no les resta sentimiento ni capacidad de transmitir emociones. Defecto del que adolecen muchas otras bandas del género.

El segundo tema es “Second Life Syndrome”,  de más de quince minutos de duración, y es que los polacos quieren dejar muy alto el  listón desde el principio. Y por si fuera poco, a mitad del tema  intercalan “Schizophrenic Prayer”. El grupo consigue reproducir en directo prácticamente todos los  matices de sus discos en estudio, a través de pedales de efectos y cambios de técnica e instrumento. Se me antoja complicadísimo, dada la dificultad de sus composiciones. La variedad de sonidos es increíblemente rica para una banda de tan solo cuatro músicos.

Al acabar, Duda celebra los aplausos advirtiéndonos que en el repertorio habrá  muchos otros temas tan largos como ése. Y no es eso todo lo que tiene que decir, ya que una canción después nos invita a todos a corear el estribillo en falsete de “In Two Minds”. Añade que esa canción le trae a la mente a los mariachis, a lo que un espontáneo le responde “We are not Mexico!” con gran entusiasmo.  Duda se disculpa con un incrédulo “Sooorry”. Risas. El público responde muy bien a la invitación, coreando a pleno pulmón y dando lugar a unos bellos momentos. Entre lo recogido de la sala,  la asistencia nada excesiva y la buena comunicación se respira un clima de agradable intimidad.

El teclado anuncia la esperada llegada de “Anno Domini High Definition”. Poco puedo decir, salvo que es un auténtico privilegio poder estar escuchando esta estupenda obra de manos de sus creadores. Los cinco temas son una auténtica joya, aunque hay momentos especialmente gloriosos como el principio del disco o el aplastante final de “Egoist Hedonist”, seguido de la bajada de intensidad de “Left Out”. Riverside ejecutan su música con una solidez y convicción impresionantes, hasta el punto de hacer que parezca fácil. La base rítmica es devastadora y las armonías hipnóticas. Se nota que toda esta labor conmueve al respetable, porque nos hinchamos a corear cuando toca. La interpretación acaba de forma catártica en “Hybrid Times”,  con una grande finale que incluye a Michał gesticulando de forma muy dramática hacia el theremin. Un acontecimiento extático tras el cual la banda desaparece por unos instantes.

Y después de este momento inolvidable, Riverside reaparecen para un encore más calmado y acústico.  La emotiva  “Stuck Between” nos va conduciendo tranquilamente hacia el final. Echo un poco en falta las armonías vocales del estudio y aún así la canción me seduce. No cabe Duda (perdón, chiste fácil) de que Mariusz es un vocalista de primera. Estoy seguro de que muchos pensamos que éste hubiera sido el momento idóneo para incluir la bellísima “Conceiving You”,  pero no va a poder ser. La última canción es el medley de Reality Dream II/III, durante el cual Mariusz presenta brevemente a sus compañeros. A  oídos profanos podría parecer una jam session en toda regla por su variedad y dinamismo, pero Riverside son de los que no dejan lugar para la improvisación. Ni falta que hace. La canción termina y los músicos se despiden, cordiales, con un saludo teatral.  Los aplausos estallan, sentidos, y se prolongan durante un rato generoso.

El cuarteto polaco reaparecen entonces una última vez.  Podría parecer que están conmovidos por la  calurosa acogida del público, pero evidentemente está todo preparado. La última canción de la noche es “Rapid Eye Movement”, durante la cual se desarrolla una oscura y compleja fantasmagoría que parece no tener fin. Pero lamentablemente no es así y el concierto termina de forma eventual, tras casi dos horas de buena música. Un concierto intachable. Los asistentes, agradecidos, aplaudimos por última vez.

Tras el concierto, los músicos bajan a la sala a relajarse y charlar con la congregación. Entre otras cosas, nos cuentan que planean visitarnos de nuevo muy pronto y que la curiosa música que sonaba al principio y vuelve a sonar ahora es efectivamente la banda sonora de “Fallout 3”, escogida por el propio Grudziński, gran aficionado de los videojuegos. Después de la  agradable charla, abandonamos la sala complacidos.Cómo me alegro de haber recibido la recomendación a tiempo para presenciar este fantástico concierto. Cualquier momento es bueno para descubrir a Riverside, pero haber podido escuchar el Anno Domini High Definition en directo me hace sentir afortunado. Le seguiré la pista con mucha atención a este interesantísimo grupo que, a pesar de su incuestionable calidad y profesionalidad, cuenta con un apoyo todavía bastante minoritario en nuestro país. Pero al tiempo.

Texto y fotos: Rider G Omega ( Crónica en colaboración con Empire Magazine )

Setlist de Riverside – Noviembre’09 – Sala Salamandra 2@Barcelona:

02 Panic Room
Second Life Syndrome + Schizophrenic Prayer
The Same River
In Two Minds
Hyperactive
Driven to Destruction
Egoist Hedonist
Left Out
Hybrid Times
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Stuck Between
Reality Dream II/III
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Rapid Eye Movement