25 años de abandono creativo poniendo pasión en rememorar el pasado, rememorar magnánimas obras, principalmente su Muro, su criatura más preciada, giras espectaculares paseando el muro por el mundo, invirtiendo medios en un espectáculo de imagen y sonido impresionantes. Tras el “Corte Final” de Pink Floyd cada componente tomó sus decisiones, pero Roger Waters tuvo claro que debía seguir el camino marcado en los dos últimos discos de la banda frutos de su atormentada mente creativa, tras varios discos en solitario y 25 años nos vuelve a ofrecer un nuevo álbum, quizás el más cercano a ese estado, hablamos posiblemente del disco de Waters más cercano a Pink Floyd, incluso más cercano que “The Endless River” el cd de sobras de sesiones lanzado por la propia banda en 2014.

Toni Marchante y Javier Marchante

El hecho de ser un tipo consagrado y de haber pertenecido a una de las bandas más grandes de todos los tiempos eleva la exigencia y pone el listón muy alto teniendo en cuenta lo difícil que es hacer algo nuevo y teniendo a sus espalda obras maestras como "The wall", "The final cut" o "Amused to death", entre otras muchas. La edad de 74 años también dice mucho de la capacidad de generar basada fundamentalmente en la experiencia. Uno de los elementos de actualización en el sonido es la labor de Nigel Godrich como productor, su experiencia con Radiohead ha servido claramente para entender y moldear el sonido que Roger deseaba para este álbum.

Para que Waters vuelva con disco nuevo después de 25 años es fundamental la motivación. El clima social y político actual provoca una reacción en alguien que siempre ha expresado sus sentimientos más profundos a través de la música. Es ahí donde Roger alcanza su máxima calidad compositiva, lo vimos en “The Wall” y eso se percibe en un disco conceptual de 12 canciones de corte más bien acústico, con arreglos de orquestación suaves y acertados. Se emplea mucho tiempo en las partes cantadas, evidentemente por la importancia de las letras siendo recurrente el que las melodías se conviertan en un vehículo para los textos. El recurso de canciones basadas en guitarra acústica resulta encantador dotando al trabajo de un estilo muy personal, con la instrumentación muy nivelada, probablemente porque Roger y Nigel lleven el peso de la misma y ahí quizás es donde encuentre el único punto negro. La baja potenciación emotiva en momentos puntuales, los pocos momentos instrumentales y sobre todo, el poco uso de la guitarra en momentos donde claramente se aprecia que la canción la demanda. No alcanzo a entender como Roger no ha echado mano en este disco de Dave Kilmister, el guitarrista que ha utilizado en su gira de The Wall , que seguro hubiera cosechado impresionantes solos para redondear este buen trabajo.

El disco comienza con “When we were Young”, la típica intro de Pink Floyd y Waters, con sonidos y voces hablando;¡Y que nunca falte un reloj!. Con el primer tema que nos encontramos es con “Déjà vu”, una canción que compuso anteriormente y que incluso interpretó en directo en 2014 bajo el título "Lay Down Jerusalem (If I Had Been God). Es uno de los temas fuertes del disco, tanto que podría formar parte perfectamente del "The final cut", las orquestaciones utilizadas en este tema y durante todo el trabajo nos recuerdan a la obra póstuma de los Floyd. “The last refugee” es una canción muy simple con ligeros arreglos donde el ritmo de la batería y la voz componen la parte importante de la canción, nos podría recordar a “Don´t leave me now". Destaca fundamentalmente la voz, con sus dos registros tan diferenciados, la voz grave frente a la alta y desgarradora, característico de Roger.

“Picture that” es puro Pink Floyd, multitud de sensaciones son las que nos hace percibir a los amantes de esta banda por el continuo repaso a los recursos ancestrales del combo británico con claras visitas a discos como “Animals” o Wish you were here” en el corte más largo del disco. “Broken bones” es otra de las grandes canciones del disco y ya la tocó en directo en 2015 bajo el nombre de “Safe and sound”, se configura dentro de los parámetros del "The final cut", dejando claro que las baladas acústicas son unos de los fuertes de este trabajo. “Is this the life we really want” puede que sea de las más flojas del disco, aunque la base armónica sea muy de rock sinfónico. Apenas tiene melodía; casi es la letra recitada aunque la referencia a los Floyd sigue sin desaparecer con esas líneas a doble voz. Continuando, es escuchar “Bird in a gale” y la sonoridad le delata, plagio absoluto de momentos del "The wall" y “Animals”, donde destaca la voz de Roger nuevamente utilizando recursos muy familiares como el eco en la voz que se queda durante varios segundos.

– The most beautiful girl: la única canción basada en el piano y en 3/4, estilo vals, quizás en este corte es donde Roger utiliza sus tonos más altos a la voz, sin llegar a los niveles de excelencia que podemos escuchar en el pinkfloidiano “The Final Cut”. “ Smell the roses” nos transporta descaradamente al "Have a cigar" del “Wis you were here”, se sale de la línea general del disco como ocurre con “Young lust” en “The Wall”, no desentona y le da un toque de variedad a la linealidad del disco. En un tema como este es donde echamos en falta un solo de guitarra típico que no llega, aunque eso sí, los coros son marca de la casa. “Wait for her”es otra de las joyas de este plástico, otra balada en la que el piano tiene protagonismo y que va preparando el final del disco, las referencias a “The Wall” son muy evidentes al estilo “When the tigers broke free” en los interludios para un excelente estribillo falto de intensidad sonora; un sonido de guitarra más contundente y un arrope y volumen más elevado en los teclados finales lo habrían elevado de los cielos al infinito.”Oceans apart” es un interludio acústico que nos lleva a “Part of me died”,una prolongación acústica de “Wait for her” que termina en reprise a modo de epílogo.

Este disco de Roger Waters es lo más cercano a Pink Floyd que podemos escuchar a día de hoy y posee mucho de los atractivos que dicha banda proyectaba en su momento. No está evidentemente al nivel de las grandes obras, pero con la oferta musical actual hablamos de un trabajo nada despreciable. Grandes canciones y críticos mensajes que nos invitan a la reflexión son siempre denominador común en las composiciones de Waters, quien comienza gira americana este verano, esperemos tenga tiempo para mostrarnos este su nuevo trabajo por Europa, porque a pesar de su edad, a Waters le queda cuerda para rato.

Toni Marchante y Javier Marchante

Temas:

1. «When We Were Young» 1:39
2. «Déjà Vu» 4:27
3. «The Last Refugee» 4:12

4. «Picture That» 6:47
5. «Broken Bones» 4:57
6. «Is This The Life We Really Want?» 5:55
7. «Bird In A Gale» 5:31
8. «The Most Beautiful Girl» 6:09
9. «Smell The Roses» 5:15
10. «Wait For Her» 4:56
11. «Oceans Apart» 1:07
12. «Part Of Me Died»

Página web: https://rogerwaters.com

https://www.youtube.com/watch?v=r3YlyE58LAk