Este año cumple su 20 aniversario uno de los grandes trabajos en la discografía de los norteamericanos Symphony X y por tanto, es buen momento para rescatarlo de nuestra colección y repasarlo de nuevo. Trece canciones que suman 62:43 minutos son los que resumen la historia conceptual del quinto trabajo de la banda americana, que se publicó en julio del año 2000. Symphony X se fundó en 1994 y debutó con un discreto álbum debut que ya apuntaba maneras, a partir de ahí sus discos fueron creciendo a pasos agigantados hasta llegar a este “V- The New Mythology Suite”.

Toni Marchante

La costa este de Estados Unidos ha sido un lugar donde han surgido grandes bandas de metal progresivo, desde uno de los inventores de este género como Fates Warning hasta los neoyorquinos Dream Theater considerados como los reyes del género. Pero entre medias se cuelan los de New Jersey Symphony X. Una banda donde la combinación del metal progresivo y el power metal consiguen una simbiosis que determinan un estilo y donde el alquimista de la fórmula secreta es su guitarrista Michael Romeo. El resto de condimentos de la pócima que crea su música lo aportan el resto de sus grandes músicos. Empezando por su cantante Russell Allen, sin duda una de las piezas clave ya que dota a la banda de una personalidad única, hablamos de una de las grandes voces surgida en el fin de siglo pasado y que hoy día goza de un gran reconocimiento, participando en otros proyectos y manteniéndose siempre activo, pero respetando a Symphony X como su banda de cabecera. Pieza clave también es su teclista Michael Pinnella, un músico con una excelente visión a la hora de orquestar y crear los ambientes que requieren cada momento. Y esto es algo muy importante en un disco conceptual como este que nos ocupa, donde se encarga a la perfección de darle el componente cinematográfico cuando la situación lo requiere.

En el año 2000 la banda se encontraba con un nuevo reto, tras el gran disco “The Divine Wings of Tragedy” de 1997, “Twilight in Olympus” en 1998 aun siendo un buen álbum, no llegó a superarlo. La nueva apuesta era poner en marcha un trabajo con algo de evolución y lo hicieron aprovechando muchos de los recursos musicales de la época y haciendo más uso de las orquestaciones artificiales. Además “V” es un álbum donde se cuenta una historia y por tanto en él, se respeta musicalmente la idea de conceptualidad dando una sensación de continuidad en la escucha, con las canciones fluyendo de una hacia otra, usando los interludios instrumentales cortos o las introducciones para cerrar el espacio entre ciertas canciones. Este matiz nos hace percibir mucho más, la sensación épica del álbum.

Y con esas dosis de epicidad arranca el disco con la intro “Prelude”, de pomposos teclados y voces corales, para desembocar en los primeros riffs de “Evolution (The Grand Desigh)”, que es una forma singular de comenzar el disco, porque nada más escucharlos despierta nuestro cerebro y nos predispone al disfrute de lo que viene. “Evolution” es un corte fluido, lleno de dinamismo, el continuo riff que está siempre presente, la melodía en la voz que alcanza su máxima expresión en un estribillo fresco, hacen que sea una canción muy entretenida, de las mejores de este trabajo. “Fallen” podríamos considerarlo como un medio tiempo dentro del catálogo de la banda, otro magnífico tema lleno de contrapuntos, donde podemos ver las prestaciones de los músicos. Lo más destacado es el manejo de los tiempos, como interactúan y se entrecortan los instrumentos, una canción entretenida y de gran nivel. Después nos llega “Trascendence (Segue)” como un breve interludio orquestal que nos lleva a “Communion of the Oracle”, una canción que tiene unos matices de rock progresivo muy marcados, escuchándolo incluso se nos pasa por la cabeza grupos como The Flower Kings, en una canción donde los teclados de Michael Pinnella tienen una presencia absoluta.

“The Bird-Serpent War/Cataclysm” tiene un comienzo que nos recuerda mucho al primer álbum de Dream Theater, pero de inmediato explota en ese neoclasicismo veloz típico de esta banda, un tema frenético y contundente. “On the breath of Poseidon (Segue)” es un interludio donde Michael Pinnella nos ofrece ese ambiente cinematográfico del que hablábamos anteriormente.

“Egypt” es una auténtica delicia, los siempre entretenidos riffs de Michael Romeo, los rellenos de teclado de Michael Pinella con ese final a piano, el cambio de paisajes sonoros y la voz de un Russell mandando en un corte donde el estribillo presenta una carga oriental emotiva reseñable. Aquí debemos destacar en la parte instrumental central el trabajo al bajo de Michael Lepond, que debuta en este disco y que pasa un poco desapercibido durante el resto del trabajo.

“The death of Balance/Lacrymosa” es otro interludio instrumental donde participan todos los instrumentistas, con muchos cambios de ritmo y donde Jason Rullo a la batería es quien más destaca. En su parte final ofrece su aspecto más sinfónico con unas guitarras de sonido muy Brian May y coros sinfónicos. Los dos siguientes temas “Absence of life” y “A fools´s paradise” son estándares de la banda, similar a sus discos anteriores y enclavado en el estilo de power metal sinfónico de aquellos tiempos, pero con el toque progresivo innovador que le añade esta banda. En estos dos temas se percibe también cierta aproximación al estilo neoclásico de Yngwie Malmsteen a la hora de atacarlos por parte de Michael Romeo y en la interpretación de Russell Allen a la hora de cantar, muy al estilo de los cantantes del guitarrista sueco. Los rellenos de Michael Pinnella y una base rítmica inconfundible nos dejan dos temas de buena factura. El interludio “Rediscovery (Segue)” es el preámbulo para la oda final, en el tema de cierre, que es además el más largo del disco “Rediscovery (Part.II)-The New Mythology”, donde disfrutamos de multitud de matices y nos encontramos con el Russell Allen más profundo, en matices que nos mostraría de forma más acentuada en sus discos posteriores, desarrollos progresivos y cambios constantes que los alejan del power metal, voces al estilo Queen, revisitando en algún momento melodías de temas anteriores del disco (como es usual en los discos conceptuales).

“V” es uno de los mejores discos en la carrera de esta gran banda, todos los elementos que hacen que Symphony X sea una banda de referencia en el género, se muestran intactos: grandiosidad contextual, riffs aplastantes, cambios de escenarios orgánicos, en definitiva, una combinación única de prog, potencia y metal neoclásico que ya venían perfeccionando en sus discos anteriores. Sin embargo, es un disco que también tuvo sus detractores, un álbum donde el concepto se centra en los mitos de la Atlántida, fusionando referencias griegas y egipcias, suena a refrito cultural, además de la utilización de un recurso muy utilizado en aquella época, donde se llevaba eso de usar orquestaciones sintéticas (en la que Rhapsody eran los reyes), quizás resulte algo pomposo escuchar el disco hoy, aunque en mi opinión particular, me sigue gustando.

Symphony X había anunciado una gira americana como celebración de su 25 aniversario, gira que ha sido cancelada por las circunstancias que vivimos gran parte del planeta. Pero lo que esperamos sus fans con muchas ganas es su próximo álbum, ya que desde la publicación de su último disco “Underworld” ya han pasado 5 años.