Mucho bombo y platillo en la escena progresiva precedían al lanzamiento de la nueva obra de The Neal Morse Band, por los comentarios de sus propios componentes en tanto en cuanto iba a ser un álbum conceptual de larga duración, según el siempre rimbombante Mike Portnoy , se iba a tratar de una joya entre los álbumes conceptuales, a la altura de “The Wall” de Pink Floyd, “Scenes from a memory” de Dream Theater o “Tommy” de los Who. La incógnita era si tantos castillos de fuegos de artificio se iban a corresponder con la realidad y tras su edición ya podemos juzgar si estaban en lo cierto o no.

Toni Marchante

Y como ya sospechábamos, había mucho de osadía al elevar las comparativas a esos niveles, pero no por ello podemos dejar de decir que el quinteto se ha marcado un grandísimo trabajo, repleto de buenas canciones y grandes momentos. Se trata de una obra bien trabajada, con la aportación de todos sus componentes. El hecho de que la banda tenga a Neal Morse al frente no significa la asunción por parte de este en todas las tareas, se nota a raudales la participación del equipo tanto en la composición como en la ejecución. Sin embargo, a mi entender, musicalmente este nuevo trabajo no nos trae ningún factor sorpresa, nada que nos resulte nuevo, las estructuras son muy de la casa al igual que las influencias. Por ahí se siguen colando múltiples guiños a The Beatles, E.L.O., Queen, Led Zeppelin, Genesis, Dream Theater y por supuesto el estilo inconfundible de Neal Morse. Evidentemente se trata de un disco muy variado, aunque el progresivo esté presente en todo momento, los momentos clásicos, las canciones rockeras, baladas, interludios instrumentales, así como temas de corte más distantes, como al estilo country, nos deja claro que es un álbum abierto a muchos sonidos. El concepto como no podía ser de otra forma, tiene una temática espiritual y procede del libro Pilgrim´s Progress de John Bunyan, un escritor del siglo XVII, donde nos narra el viaje espiritual de un hombre que vive en la Ciudad de la Destrucción hacia un lugar de salvación y de esperanza.

En lo musical es un trabajo de línea continua, una sucesión de eventos, solo escuchar la introducción nos deja claro que se trata de Neal Morse, no ha lugar a dudas, ese arranque de instrumentos de cuerda, las primeras profundas espirituales estrofas del reverendo componiendo “Long day”, el previo a una “Overture” que le sigue a continuación y que supone la típica entrada progresiva a la que nos tiene acostumbrados en muchas de sus grandes obras, instrumental lleno de recursos, de cambios de ritmos y maravillas singulares y de momentos muy Transatlantic en su parte final. El tema se enlaza con “The Dream” melódico acústico cantado por Neal Morse al más puro estilo Testimony. Y llegamos a uno de los temas más significativos, entre otras cosas porque el estribillo se te incrusta en la mente y te tiras toda la tarde dándole vueltas. ”City of Destruction” fue además su primer tema previo y primer video. Canción roquera, de grandes guitarras con un solo de Eric Gillette sencillo pero trabajado y un tratamiento de las voces colosal.”We have got to go” arranca con un interludio de Neal a la voz y continua con una sección instrumental muy Génesis de los 70 gobernada por los teclados, pero donde tanto el bajo de Randy como la batería de Mike nos dejan claro el poencial de la base rítmica de estos señores. De repente se para en seco para que unos teclados muy Beatles y la voz de Neal pongan en marcha “Makes no sense” un medio tiempo que de nuevo nos recuerda a Transatlantic.

“Draw the line” es un corte muy en la línea Mike Portnoy, independientemente de que sea porque él lo cante, la estructura orgánica de la batería lo delata. La continuación viene de la mano de una progresiva instrumental llamada “The Slough” una mezcla de Spock´s Beard con Dream Theater, donde van apareciendo instrumentos acaparando el protagonismo, ante la siempre destacada batería de Portnoy. Con “Back to the city” se vuelve a retomar el componente vocal, con melodías recurrentes y un estribillo que también es notorio, al igual que la melodía de teclado muy Morse que le acompaña después. Se trata de una canción que pasa por varios escenarios, pero sin abandonar en ningún momento ni su línea, ni su esencia. El tema acaba en eco a lo Pink Floyd, para llegar a otra de las joyas: “The Ways of a fool” tema muy british donde las voces son cruciales y donde la influencia The Beatles-E.L.O.-Queen es total, me recuerda mucho también a algún tema de Nick Magnus, lo cierto es que hay por ahí un solo de guitarra que parece del mismísimo Brian May. Tema grandioso y que le da variedad musical a la obra. ”So far gone” es un tema para el lucimiento de Eric Gillette ya que la canta el primer tramo y nos deja un buen solo de guitarra. En el segundo tramo, más melódico, son Bill y Neal quienes comparten con él las tareas vocales. Se trata de un medio tiempo hardrockero que nos lleva al cierre del primer Cd “Breath of Angels” un corte que va creciendo, nace muy al estilo tradicional de Neal Morse con una componente espiritual, semi góspel y para terminar lo hace a lo grande con un solo de la melodía de “Long day” que inicia el disco, muy al estilo dream Theater.

El segundo CD comienza con “Slave To Your Mind” un corte donde podemos percibir la influencia de aquellos Genesis de los setenta, con alternancia en las voces destacando la de Bill muy en la onda Peter Gabriel. “Shortcut to Salvation” es un medio tiempo, nada progresivo, donde la voz de Neal y los arreglos Hammond acaparan el protagonismo. Y es entonces cuando el espíritu de Led Zeppelin ocupa el disco con “The Man in The Iron Cage”, un medio tiempo rockero muy interesante sin que Bill abandone el Hammod. “The road called home” tiene un comienzo instrumental muy típico de Neal Morse, con momentos para el virtuosismo, incorporación de instrumentos de viento, cambios de ritmo que desemboca en “Sloth” una balada de sabor añejo, muy setentera y con buenas voces en la parte del estribillo. Quizás alcance su momento más emotivo en la parte donde Eric Gillette pone la voz. La siguiente en sonar es “Freedon song”, un corte que para unos quedará fuera de lugar y para otros potencia la amplia variedad de estilos que nos ofrece el álbum, hablamos de una canción country cantada por Neal Morse. Para mí “Freedom song” es a este álbum como lo puede ser “39” al “A night at the opera” de Queen. “I´m running” nos trae un estilo rockero con destellos de big band y perlas como los solos de Randy George al bajo y Eric Gillette a la guitarra, dentro de una base rítmica de batería muy reconocible en Portnoy. Y llegamos a otro de los grandes temas del disco “Mask”. Ya sólo la intro a piano clásico merece muy mucho la pena. Es quizás la canción que musicalmente más teatral que más sensación nos da de transmisión en el relato de una historia. El arranque que tiene en la batería de “Confrontation” Mike lo toma claramente de una de las partes de “Caugh in a web” de Dream Theater aunque esta vez un poco más acelerado (si no escuchar este tema de “Awake” en el minuto 3:47).”Confrontation” revisita secuencias musicales recorridas durante el disco, fundamentalmente “City of destruction”.”The battle” nos transmite esa sensación de desenlace, un tema instrumental de esos que en directo son una auténtica maravilla ver ejecutar. El final “Broken Sky / Long Day (Reprise)” comienza con los acordes a piano de “Long day” con giro de Neal a la voz para encarar “Broken sky”, una grandísima balada, de lo mejor del disco, buena orquestación, voces, solos instrumentales que retoma Eric a la voz para encarar el emotivo final bajo las melodías de “Long Day”.

En resumen, hablamos de un trabajo donde se aprecia con gran claridad la participación de todos los músicos aportando lo mejor de sí en las composiciones, rotando en las voces en el plano individual y en el colectivo, con una buena gestión en los coros. Descubrimos las aportaciones vocales de Bill Hubauer, la frescura de Eric Gillete que se encarga de la guitarra eléctrica, con un Randy George a su máximo nivel al bajo y con un Mike Portnoy estelar, más orientado a interpretar las canciones que al puro virtuosismo, aunque por supuesto, de esto nos ofrece también mucho. Neal Morse se siente tremendamente arropado y a gusto con estos compañeros y es por ello por lo que su trabajo también resalta con extremada brillantez.

¿Llega este disco a las altas cotas pregonadas por sus autores, al nivel de las grandes obras maestras conceptuales del progresivo? De forma inmediata y en mi opinión entiendo que no, pero es cierto que con las escuchas podría llegar a serlo. La transmisión del concepto es buena, las canciones también lo son, pero carece quizás de ese factor sorpresa, de haber escuchado algo que realmente fuera nuevo y que marcara la diferencia, cosa tremendamente compleja con las excelencias sonoras creadas por estos compositores. En todo momento tenemos la sensación de que hemos escuchado algo parecido en sus anteriores trabajos, grupos o influencias y en mi opinión le faltaría un toque de distinción extra para elevarlo al Olimpo. No obstante, no me queda ninguna duda de que se trata de un trabajo sobresaliente ya que nos encontramos con uno de los mejores trabajos de Neal Morse y si hablamos de sus conceptuales, este disco está muy por encima de lo que son los “Testimony”.

Toni Marchante

Temas:

Disc 1

1.Long Day
02. Overture
03. The Dream
04. City Of Destruction
05. We Have Got To Go
06. Makes No Sense
07. Draw The Line
08. The Slough
09. Back To The City
10. The Ways Of A Fool
11. So Far Gone
12. Breath Of Angels

Disc 2

01. Slave To Your Mind
02. Shortcut to Salvation
03. The Man in The Iron Cage
04. The Road Called Home
05. Sloth
06. Freedom Song
07. I’m Running
08. The Mask
09. Confrontation
10. The Battle
11. Broken Sky / Long Day (Reprise)

Página web: https://www.nealmorse.com

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