Los germanos Leaves’ Eyes regresan con su octavo disco de estudio, una pieza conceptual en la cual nos adentran en la historia del rey Harald III de Noruega, con sus trepidantes y poderosas melodías y fieles a su estilo mezcla de Symphonic y Viking Metal que tan bien defienden y han definido en los últimos trabajos. Un auténtico “earworm” (o gusano musical, extremadamente pegadizo) difícil de pasar por alto.

Desde que en 2003 se formara la banda, el grupo ha pasado por diferentes etapas personales, de alineación y de estilo musical, pero en la gran mayoría de sus trabajos (8 discos, 1 álbum en directo, 8 singles y EPs) nos han narrado grandes historias épicas del mundo nórdico (de donde es originaria la cantante Liv Kristine, ex-vocalista de la formación y por aquel entonces principal letrista del grupo), y este nuevo redondo no iba a ser menos.

Después de una subida de calidad vertiginosa en su sonido que comenzó con “Njord” (2009) y culminó con “Symphonies of the Night” (2013), siendo este último precisamente el más experimental y que más se desmarcaba de la temática preferida por la formación en su trayectoria, llegó “King of Kings” (2015), el último con Liv a las voces, y con él una época un tanto tumultuosa y con aires de cambios. Aquel trabajo sonaba contundente y épico, con canciones que son auténticas obras de arte, la evolución natural que debió haber surgido después de “Njord” continuando la rama más histórica y menos mitológica de sus temas más conocidos. Pero el buen hacer de ese complejo disco quedó deslucido por la salida de Liv de la formación y la llegada de su sustituta: la soprano finlandesa Elina Siirala, cuyo registro tiene tonos mucho más graves que el de su predecesora, aportando nueva profundidad en los temas que Leaves’ Eyes nos están presentando desde su incorporación

Y entonces se publicó “Sign of the Dragonhead” (2018), el plástico menos interesante hasta la fecha del grupo, pero era la adaptación necesaria para todos los componentes y encontrar la forma de empastar la calidad y experiencia de Alexander Krull y los suyos junto con el prodigio vocal de Elina, un experimento con temas decentes, pero nada que realmente quedara grabado en la memoria auditiva como pasaba en ocasiones anteriores. Aún y con todo, no dejaba de ser un buen trabajo, pero le faltaba el empaste que se nota cuando los integrantes llevan más tiempo trabajando juntos y hay más complicidad y entendimiento.

En el verano de 2019 anunciaron nuevos temas y nuevo EP en camino, y con “Night of the Ravens”, “Serkland” y sobre todo con “Black Butterfly” dejaron claro que ahora si ya habían encontrado ese punto de trabajo común, ya no eran diferentes piezas de un puzzle por componer sino un todo: el presente más potente del sonido que les caracteriza y la producción más cuidada hasta la fecha.

“The Last Viking” se publicó el pasado 23 de octubre en diversos formatos, incluyendo la versión instrumental del disco completo, además de una película-documental de 95 minutos de duración (“The Viking Spirit”) en el que se muestra el estilo de vida y cultura vikingos a través de una serie de eventos y encuentros en distintos puntos de Europa donde la gente recrea torneos y batallas. El título hace alusión a Harald III de Noruega, llamado Hardrada “el Despiadado”, y cuya muerte en la batalla por la corona inglesa en 1066 se considera como el final de la Era Vikinga según los historiadores.

Ya desde el tema introductorio “Death Of A King” nos sentimos inmediatamente transportados a tiempos remotos, mecidos en un barco vikingo con los lamentos y los tambores que nos auguran una narración de tiempos agitados, la historia de Harald desde su huida de la prisión bizantina en 1043 hasta su muerte al tratar de conquistar Inglaterra en 1066. “Chain of the Golden Horn” no da ni un segundo de tregua, es una auténtica declaración de intenciones de lo que está por venir a lo largo de los 13 temas restantes (unos 60 minutos aproximadamente): un flashback, el comienzo de una epopeya de ritmo trepidante en la que la combinación de los poderosos riffs de guitarra y las voces de Alex y Elina nos acompaña en la narración de la huida de prisión de Harald para ir en busca de la princesa rusa.

La dulce melodía del piano inicial del single, “Dark Love Empress”, nos saca bruscamente de la escapada de Harald para narrarnos el lamento de la emperatriz Zoe que tenía cautivo a Harald con la intención de casarse con él. La riqueza vocal y versatilidad de las que hace alarde Elina en este corte de carácter sinfónico y atmosférico convierte este canto en uno de los imprescindibles del disco. “Serpents and Dragons” es una auténtica batalla naval y auditiva en la que Harald se enfrenta a la flota danesa, desde la euforia inicial de la pelea a la victoria final, pasando por un momento de reflexión por la cantidad de vidas perdidas hacia la mitad del tema en la cual la melodía se torna más oscura.

Desde que salió el EP en diciembre de 2019, “Black Butterfly” no ha dejado de cobrar protagonismo, convirtiéndose por derechos propios en el himno de esta nueva era para el grupo. Y por si fuera poco, en este nuevo lanzamiento encontramos una versión a dúo entre Elina y Clémentine Delauney (Visions of Atlantis, Exit Eden), cuyas voces empastan a la perfección, creando una poderosa combinación, que si ya por si sola Elina nos “acariciaba” con su voz como si de las alas de una mariposa se tratara, ahora entre las dos esa caricia es aún más reconfortante y duradera.

“War of Kings” se centra en la batalla por el trono inglés: la pelea entre Harold II de Inglaterra (último rey anglosajón) y su hermano el conde Tostig Godwinson, quién unió fuerzas con Harald III. La voz de Elina suena delicada y nos lleva de la mano a través de la historia de la batalla, casi como si de una valkiria se tratara antes de decidir si nuestro destino es conquistar la gloria y llevarnos al Valhalla. El intricado intermedio de la canción (y auge de la batalla) corre a cargo de las frenéticas guitarras de Thorsten Bauer y Micky Richter, seguido de los gruñidos de Alex Krull, todo ello necesario para acometer la parte final del tema.

“For Victory” continúa presentándonos las diferentes victorias de Harald, un corte muy pegadizo y quizá con el trabajo instrumental más completo de todo el disco: las guitarras suenan potentes, complejas y muy harmoniosas, el bajo aporta la profundidad necesaria para meternos en la historia de Harald al unirse al ejército ruso, la batería de Joris Nijenhuis está muy presente todo el tiempo, todos ellos cobrando un ritmo vertiginoso a medida que avanzan los segundos en especial el intermedio, a la vez que las voces de Elina y Alex se entrelazan con la orquesta en la narrativa. Sin duda, uno de los mejores cortes en cuanto a trabajo puramente musical se refiere (y una auténtica gozada al escuchar su versión íntegramente instrumental de la edición de dos discos).

Nos tomamos un breve respiro de esta frenética aventura con “Two Kings One Realm”, pieza en su mayoría instrumental, con los omnipresentes y ominosos tambores, un interludio con narración a cargo de Alex y coreado por Elina. Esta introducción nos ayuda a enfrentarnos al último tercio del redondo que empieza con el ritmo vibrante de “Flames in the Sky”, otra de las muchas gestas de Harald. Con su comienzo de tambores y cánticos ya nos augura una nueva proeza de nuestro héroe, y de nuevo su parte media contiene un gran trabajo instrumental acompañado por la sentenciosa voz de Alex y desembocando en un vertiginoso final donde Elina vuelve a hacer alarde de sus tonos más agudos.

Y la ya escuchada en el EP “Serkland”, la tierra de los Sarracenos, de nuevo en una versión mejorada que suena aún más agresiva que la primera vez que la pudimos escuchar, los coros tienen más peso, el bajo está mucho más presente y la batería suena como un auténtico tambor vikingo de guerra, una delicia musical y que será de los momentos álgidos cuando podamos volver a ver conciertos. Preparaos para un buen headbang.

En medio de todas las batallas nos topamos con “Varangians”, su melodía alegre es un cántico de celebración de la guardia varega (una unidad de élite del Imperio Bizantino), una oda al pueblo vikingo sirviendo a las órdenes de su nuevo líder y héroe, Harald III, y con su pegadizo estribillo nos encontramos totalmente inmersos en una fiesta en su honor y rememorando sus exitosas gestas. “Night of the Ravens” nos envuelve en su manto más oscuro, un corte que podría pertenecer a algunos de sus primeros discos por sus tintes góticos que tanto utilizaban al inicio de su andadura musical. La premonición que trae consigo este tema y el título (la noche de los cuervos) nos indica que nos acercamos al final, no solo del disco, si no de la historia de Harald, un destino que se sellaría en la batalla de Stamford Bridge al tratar de conquistar Inglaterra.

El corte homónimo “The Last Viking” es su tema más largo hasta la fecha (10 minutos). Tras un comienzo de algo más de minuto y medio de sonidos de cuernos vikingos de guerra, tenemos uno de los inicios más oscuros que hemos oído en este grupo en su trayectoria: un ritmo cadente y profundo que nos lleva hasta la dulce voz de Elina, casi como si fuera una luz en toda esta vorágine que resultará ser la última batalla de Harald en Stamford Bridge. Intermedio instrumental de amplia duración y con diversos cambios de tempo para guiarnos a través de la pelea, en la que a pesar de tener la ventaja Harald, acabará encontrando la muerte. El buen hacer de los gruñidos de Alex nos hace vivir a través de los ojos del protagonista toda la historia. El movimiento de todo el tema es casi como el de una escena de batalla de una película, pura acción perfectamente construida y ejecutada. “Break Into The Sky Of Aeon” conecta con la anterior y cierra el trabajo (y con ello la narración) con el último viaje de Harald (ahora convertido en héroe de guerra, o Einherjar en la mitología noruega) hacia el Valhalla de mano de las valkirias, orquestado con sonidos de tintes más góticos y que recuerdan a los primeros discos de la formación.

Después de escuchar detenidamente “The Last Viking” y analizarlo en profundidad para esta crítica queda claro que el antiguo binomio Liv-Alex no se echa de menos en este presente y prometedor futuro de la formación; el quinteto actual muestra en este octavo disco que es un engranaje perfecto que funciona como un reloj suizo, sin fallos y con una precisión como se ve en pocas bandas del género, un auténtico placer auditivo e histórico. Sólo cabe preguntarnos si, como reza el título del disco, terminarán con el tema de la historia de los vikingos y decidan explorar nuevos territorios musicales (¿y así terminar de cortar lazos con los conceptos originales que aportaba su antigua cantante?), aunque personalmente espero que no renuncien a algo que ya es parte del inconfundible sello de Leaves’ Eyes y del cual nos enamoramos sus seguidores cuando les escuchamos por primera vez.

Leticia Ballester

Temas:

01. Death Of A King
02. Chain Of The Golden Horn
03. Dark Love Empress
04. Serpents And Dragons
05. Black Butterfly (feat. Clémentine Delauney)*
06. War Of Kings
07. For Victory
08. Two Kings One Realm
09. Flames In The Sky
10. Serkland*
11. Varangians
12. Night Of The Ravens*
13. The Last Viking
14. Break Into The Sky Of Aeon

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