Suelen decir que no hay dos sin tres, así que desde hace un tiempo tenemos disponible el tercer lanzamiento de la oficina más progresiva de la escena. OSI ( Office of Strategic Influence ) nos trae este “Blood” que supone el sucesor de aquel “Free” del 2006.

Por aquel entonces el matrimonio Matheos-Moore estaban de “buenas” con el amigo Portnoy, que les había puesto las baterías en sus dos discos anteriores…. Pero para este Blood ya han roto relaciones y el que pone la batería es Gavin Harrison de Porcupine Tree. Además, a diferencia que los otros discos, cuentan con un invitado para que se cante un tema con el grupo… El señor Åkerfeldt interviene en “Stockholm”.

9 cortes conforman el disco que de nuevo nos ofrece la visión “moderna” que tiene el grupo sobre fusionar rock y metal progresivo. “The Escape Artist” es el que abre el disco y lo hace de una forma que no nos sintamos extraños ya que es muy fácil a la escucha. Un ritmo pegadizo de Matheos con la potencia de Gavin a la batería se une al extraño registro vocal de Moore para crear este tema fácil de digerir con multitud de detalles salidos de los teclados de Moore. Comentábamos lo de extraño registro vocal ya que sin variar lo más mínimo, como es el caso, Moore nos puede ofrecer un corte realmente tedioso y soporífero a diferencia del anterior que era realmente interesante y pegadizo. Nos referimos al segundo corte del compacto llamado “Terminal”, que con un ritmo lento de guitarras y batería sumado a la forma de cantar de Moore nos presenta la parte más intimista del grupo.

En cambio “False Start” nos pega una bofetada en la cara con la intro potente y cortante a nivel de guitarras y batería. Luego sigue el mismo ritmo con mucho gancho para que Moore añada la melodía de la canción que se acentúa en el estribillo. Sin duda nos quedamos con la pareja Matheos-Harrison que hacen un gran trabajo para la canción.

“We come Undone” es del mismo estilo que el segundo corte, igual de minimalista y personal aunque más variado con los teclados así que pasa mejor. Pasamos la mitad del disco con “Radiologue” que nos sigue ofreciendo la misma sobriedad y técnica que el resto de los cortes escuchados tanto a nivel vocal como a nivel instrumental.

“Be the Hero” es el sexto en sonar y vuelve a reflotar la nave, gran trabajo de Matheos a las guitarras para unirse con Harrison a la batería y dar enganche a la canción. De nuevo los teclados de Moore están activos y sacan multitud de sonidos que se entremezclan con los demás instrumentos de una manera curiosa a la par que interesante. Alabar el trabajo vocal de Moore ya que vemos que en este varía, cambia de registros incluso medio rapea. Una intro del propio Moore junto a Harrison presenta “Microburst Alert”, un tema instrumental tendiendo a lo lineal que sirve para ver el dominio de cada miembro con su instrumento, aunque hay un cambio de ritmo al final que lo salva.

Como decíamos al principio “Stockholm” es el corte donde canta el señor Michael Åkerfeldt de Opeth, poniendo la elegancia y prestancia a la canción. Se va por la fragilidad, minimalismo y misticismo que envuelve todo el cd con un punteo constante de Matheos a la guitarra y un buen trabajo ambiental de Moore a los teclados. Acabamos el disco con el tema que le da título, “Blood”. Aporta como en el resto del cd, dosis de “oscurantismo”, misterio y ritmos de fusión. Contiene también otro alarde de técnica de manos de Moore que sigue cantando con su registro característico.

Y esto es lo que da de si la tercera entrega de OSI, más oscura y a veces potente que sus dos anteriores discos. En cuanto a regularidad y “eficiencia musical” se refiere nos quedaríamos con su antecesor “Free”, ya que este nos muestra facetas de OSI que antes no habíamos visto, difíciles a primeras escuchas. Primero hacerse con sus dos primeros álbumes antes que con este tercer lanzamiento.

David Aresté

Temas:
01. The Escape Artist
02. Terminal
03. False Start
04. We Come Undone
05. Radiologue
06. Be The Hero
07. Microburst Alert
08. Stockholm
09. Blood