Terminado el verano afrontamos los primeros conciertos que nos llevarán hasta final de año y en los que esperamos que el público tenga la posibilidad de asistir con el fin fundamentalmente de que en el futuro bandas como esta puedan seguir viniendo a nuestro país. Y es que la cosa no está fácil, la subida del IVA y la crisis económica que cada vez es más profunda va mermando la ilusión de mucha gente que por falta de recursos tiene que renunciar a disfrutar de sus bandas favoritas.
Texto y Fotos: Toni Marchante

Y en esa tarde calurosa de septiembre nos visitaron uno de los herederos de aquel rock sinfónico de los 70, que llevan sin pasar por nuestro país nueve años y que ya estábamos pensando que iban a engrosar la larga lista de los grupos de rock progresivo que intensifican sus conciertos por Alemania, Benelux y Gran Bretaña olvidándose por completo de nuestro país, donde dicho sea de paso, no hay un público masivo para este género, aunque si tiene sus adeptos y además muy fieles.

Y estos adeptos fuimos los que llenamos casi tres cuartas partes de la sala y nos acercamos con la gran ilusión de ver a esta gran banda que venía a presentarnos su reciente última obra “Banks of Eden”. Pero antes de todo eso, para amenizar la velada, sobre las 21:30 hizo acto de presencia en el escenario un señor que se presentó como Roine Stolt. Realmente se trataba del teclista Lalle Larsson que con esta broma inicial ya se ganó al fantástico público que se encontraba en la sala que siguieron con atención los tres temas que nos ofreció, que como él nos anunció, consistían en piezas a teclado basadas en la improvisación.

La interpretación se fundamentó en dos temas de su nuevo disco “Nightscapes”, a los que intercaló una variación del tema “Where the Earth meets the Sky" perteneciente al grupo que comparte entre otros con Jonas Reingold llamado Karmacanic. Realmente fue una media hora muy agradable, donde Lalle manejó con destreza su teclado y donde el respetable guardó silencio en la interpretación y aplaudió a rabiar al final de los temas.

Tras unos minutos para retirar el teclado de Lalle, hicieron aparición en el escenario la “selección nacional de rock progresivo de Suecia” con su capitán Roine Stolt al frente, el cerebro del equipo, ese defensa central al bajo Jonas Reingold, Tomas Bodin a los teclados para crear juego, en la delantera Hasse Fröberg que con su voz y guitarra materializó todas las oportunidades que pasaron a su alcance y en la portería Felix Lehrmann que con su batería se ocupara de no encajar tantos. Y como un equipo de futbol así salieron a escena, aunque más que la selección sueca parecían la holandesa ya que todos salieron vestidos de naranja, a excepción de Felix (que para eso es el portero) que vestía una camiseta de una conocida marca deportiva en azul oscuro. Roine Stolt además se calzó cómodo, ya que tocó todo el concierto en chanclas de playa.

El primero en irrumpir en escena fue Tomas Bodin que con su columna de teclados nord coronada por un moog comenzó a deleitarnos con una intro que se vio obligado a ampliar en el tiempo, ya que tras la incorporación del resto de los miembros, la guitarra de Roine no sonaba, por lo que amenizo los tres minutos que se tardaron en localizar la incidencia ante el pequeño mosqueo de Roine Stolt. A partir de aquí todo fue absolutamente redondo. De entrada comenzaron con el tema que abre su último disco “Numbers”, esa maravilla de veinticinco minutos que fue interpretada de forma fiel e impecable. Como en todas las canciones Roine y Hasse compartieron las voces. Tras las primeras palabras de Roine continuaron como en el disco con “For the Love of Gold” muy coreada por el respetable.

Tras finalizar esta canción, de repente Felix Lehrmann y Jonas Reigold se enzarzaron en una improvisación de bajo y batería verdaderamente magistral, llena de arte y técnica que dio paso a que Tomas Bodin nos introdujera en ese precioso instrumental de aquel álbum “Adam & Eve” llamado “Babylon”. Sin parar la música, de nuevo los teclados sirvieron de enlace para recibir lo que ya es un clásico de la banda y que fue jaleado por la gente cuando Hasse arrancó a cantar, “Stardust we are” del disco homónimo, fue coreado en su estribillo por todo el respetable, si bien fue interpretado en una versión más reducida.

La continuación fue “What if God is alone” de su álbum “Paradox Hotel” y sonó maravillosamente bien. Es un tema que te va acaparando poco a poco llevándote “in crescendo” a ese gran final. Y es cuando termina este tema cuando Stolt aprovecha para presentar a sus compañeros y Hasse hace lo propio con Stolt al mismo tiempo que empiezan a sonar los acordes de “Last Minute on Earth” incluido en su álbum de 2001 “The Rainmaker” un pedazo de tema de un alto contenido instrumental donde destacaron todos.

Y por fin llegamos a uno de los temas obligados “The eyes of the world” de su doble disco “Stardust we are” de 1997, donde quizás el concierto alcanzó el climax, con una soberbia actuación de nuevo por parte de todos donde para entonces el público ya estaba totalmente entregado. La siguiente en caer fue “The Truth Will Set You Free” otro mastodóntico tema de su álbum “Unfold th future” de 2002, otro regalo para los oídos donde todos soñábamos con que la noche no terminara nunca escuchando maravillas como esta. Pero por desgracia llegó el corte final, cerrando el círculo abierto con “Numbers” tocaron “Rising Imperial” que en muchos momentos fue acompañado a las palmas por el público, completando así un magnífico concierto.

El bis vino de la mano de “I am the Sun” de su “Space Revolver” del año 2000, otro emblemático tema que no hizo más que constatar que confeccionaron un excelente set list para esa noche. Para cuando terminó el bis ya llevábamos poco más de dos horas de concierto, de esos de que cuando sales de la sala llevas la sonrisa de oreja a oreja.

En cuanto a las condiciones del concierto, la iluminación de leds tanto de los focos como del fondo de la sala decoraron con estilo la escena de los suecos que tuvieron muy buen sonido en todo momento y que cumplieron con creces las expectativas de todos los que habíamos apostado por ver este evento. La disposición en el escenario también fue curiosa con la batería al fondo a la izquierda mirando a sus compañeros, los teclados en la parte derecha y en el centro en una disposición en “V” con Hasse a la izquierda y Stolt a la derecha más adelantados y Jonas Reingold en medio situado al fondo. Todos sabemos que Stolt tiene su modo particular de estar en el escenario, espectacular en la ejecución pero algo soso en cuanto a movilidad. Ese aspecto lo cubre con creces Hasse que se mueve con más soltura y desparpajo dejándonos algunas que otras posturitas.

Tras la finalización del concierto, Lalle Larsson se situó junto al stand de merchandasing para fotografiarse con los fans que aprovechaban la coyuntura para comprar su último álbum, mientras que los miembros de The Flower Kings se acercaron a la salida para charlar y despedir al público que quedaba en la sala, todo un detalle que les hace grandes. Grandes como músicos, grandes como personas, no se han ido y estamos deseando que vuelvan de nuevo, ya sean juntos o con sus otras bandas (Transatlantic, Karmacanic, The Tangent o Agent of Mercy). ¡Ya estamos esperando!

Texto y Fotos: Toni Marchante
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Set-list de Flower Kings – Sept’12 @MAD:

1.Numbers
2.For the Love of Gold
3.Babylon
4.Stardust We Are
5.What If God Is Alone
6.Last Minute on Earth
7.In the Eyes of the World
8.The Truth Will Set You Free
9.Rising the Imperial
Encore:
10.I Am the Sun

ENLACES RELACIONADOS:

The Flower Kings: Banks Of Eden // InsideOut Music