El nuevo trabajo del guitarrista Víctor de Andrés, nacido en el Bierzo, es un nuevo disco de guitarra solista, enfocado primordialmente a la melodía. A pesar de lo que muchos puedan pensar, no es un disco de guitarra shred, puesto que su enfoque es claramente melódico, si bien tiene los típicos elementos reconocibles en cualquier guitarrista de este estilo. El disco se puede descargar gratuitamente.

Primero he de remarcar que Víctor ha sido el compositor y productor de su propio trabajo, lo que explica pequeñas carencias que iremos detallando a lo largo de esta crítica. Como muchos músicos saben, la tarea de productor está muy infravalorada; no consiste solo en poner el dinero y sentarse a ver como graban, sino en detectar defectos que escapan al oído del propio músico, cuyo oído tiende a no apreciar ciertos errores, quizás por la expectativa que genera el terminar un trabajo largo, y en muchas ocasiones tedioso (no hay nada más aburrido para un músico que producir si no eres productor o no te llama ese terreno…).

De ahí que, en ciertos momentos, Steel Symphony peque de una producción algo deficiente, que no empaña el resultado final del disco, pero lo sitúa algo alejado de las producciones de los guitarristas solistas más conocidos, con muchos más medios a su disposición.

Esto se nota en aspectos tales como las baterías, cuyo sonido adolece de falta de pegada y contundencia (ocurre lo mismo con los bajos), o la mezcla de algunos elementos, que puede sonar algo alborotada en el clímax de algunos temas. Asímismo, la sección de guitarras rítmicas tiene un sonido absolutamente cristalino y espectacular, una distorsión que permite distinguir a la perfectión lo que tocamos y que no choca con la guitarra solista.

Empecemos nuestra crítica con el tema que abre el disco, para mi gusto uno de los más elegantes, Vento del Mare. Vento del mare tiene claras reminiscencias a Jason Becker, en especial a la faceta menos Shred y más melódica de éste (por ejemplo, en Perspective, disco compuesto pero no tocado por él). Abre el tema una intro de guitarra con poco overdrive, un sonido muy adecuado para iniciar el tema, dulce, que va subiendo en intensidad hasta llevarnos al tema propiamente dicho, donde una guitarra solista continúa esa intro e introduce una sección de arpegios muy sobria.

Como único defecto para mi gusto, una sección de los arpegios que parece moverse de forma atonal en el segmento central del tema (no así la modulación final, buenísima) y que no acaba de cuajar con la base del tema, así como algunas notas algo menos claras que las demás. Sin embargo, y a pesar de ese detalle, es un tema sobresaliente, compuesto de un modo muy inteligente y en el que la melodía, acompañada de una base sencilla pero eficaz, sobresale muy por encima de la técnica.

Tras este tema, tenemos el «Overture March». Destacaría el sonido de la guitarra en limpio del inicio, muy clara, así como no lo es tanto la guitarra solista, con un sonido algo sintético, sobre todo en los primeros compases del tema. Asímismo, la calidad del tema, en cuanto producción, pierde mucho en un equipo que no sea de muy alta calidad, puesto que cuando los elementos orquestales «explotan» se produce una cierta confusión de sonidos, sobre todo entre los elementos orquestales, que terminan por no distinguirse entre ellos. Por último, algunas notas (especialmente las de cuerdas graves) suenan levemente desafinadas, o al menos dan esa sensación, quizás por una pérdida en la octavación de la guitarra. En cuanto a lo musical, el tema tiene mucho gusto, y sigue la tónica del anterior, con muchísima melodía. Técnicamente destacaría la sección del tapping, buenísima, muy limpia y sin errores de ejecución o ruidos que empañen el sonido. Es quizás uno de los mejores momentos de este «Overture march».

Le sigue uno de los mejores temas a nivel técnico, «Terrifying Scream», tema con una intro muy muy metalera, en la que destacan unos ritmos de fondo muy Symphony X, que emplastan perfectamente con el tapping, muy oscuro y potente. Esta sección es, sin duda, de lo mejor de este disco. Después le sigue una sección más melódica y suave, seguida por un puente Folk bastante Petrucciano, para volver de nuevo a esa intro-motivo de tapping. Después, una sección de sintes que empaña en exceso el sonido, ya que está altísima; la idea es muy buena, pero solo se oyen los teclados, tapando por completo las guitarras que deberían sonar muy de fondo (y que en realidad no se distinguen) e incluso la batería.

Lo mismo ocurre con la sección final del tema, con reminiscencias de los grupos heavys ochenteros, muy bien ideada, con una sección melódica central y unas guitarras de fondo, que por desgracia desaparecen ante la preponderancia sonora de esa melodía. Podría decirse que todas las críticas que se pueden hacer a este tema son en centradas en la producción, puesto que el tema es fresco y divertido.

Después el disco relaja muchísimo con «The barbarian song», un tema que demuestra que a Víctor la producción más intimista se le da bastante bien. De este tema destacaría el sonido de la guitarra solista en especial, muy claro y bien hecho. Hay algunas notas que para mi gusto tienen una dinámica de volúmen excesiva, pero eso ya va por cuestión de gustos. Del tema destacaría sobre todo la intro, lo que menos me gusta es la sección que lleva a una parte más flamenca, bastante mejor estructurada para mi gusto. Es un tema bastante interesante, que falla principalmente en los cambios de dinámica, algo abruptos. Lo mejor, ese aire entre clásico y folk, muy interesante.

A este tema le sigue Darkness, con una intro bastante progresiva, a la que sigue un riff en la onda de «Rockin in the free world», de Neil Young. Quizás el inicio solista del tema peca de ser precipitado, uniendo muchos segmentos a modo de puente, hasta enlazar con una sección progresiva que de nuevo homenajea a Symphony X, muy bien estructurada. Este tema me recuerda muchísimo a algunos cortes en solitario de «The first chapter», tanto en el uso de escalas orientalizadas con un toque Malmsteen, pero con algunas notas más «arabescas», como por el estilo de la base y el tipo de sonido, bastante cercano al sonido de Romeo. Hay un pequeño fallo de producción en el sonido de las guitarras dobladas de la sección central, poco conseguido. La armonización es buena, pero el sonido es algo chirriante. De nuevo es un tema de la producción, pero el tema es muy bueno en su estilo.

Después tenemos «The Hill’s calling», un tema con una divertida intro a lo Vai/Annie Lennox, que da pie al inicio de un tema con fuertes aires Folk. El tema está bien ejecutado, y de nuevo Víctor demuestra que es un buen guitarrista a nivel técnico, pero que no se deja llevar por su capacidad en ningún momento, haciendo que predomine la melodía. Tras una explosión de guitarra, sigue una sección muy clásica con sintes, que recuerda a algunas piezas de estilo «Da Chiesa». De nuevo nos encontramos con un problema, y es que algunos teclados parecen engullir todos los elementos de la producción, estropeando un poco el sonido. Esta sección termina desembocando en una suave melodía de guitarra que predomina hasta el final del tema.

Los dos últimos temas del disco, «Mi pequeña Esperanza», un tema intimista, y «X-plosion», siguen la tónica de los temas anteriores. Mi pequeña esperanza es similar a otros temas melódicos y relajantes, con melodías de guitarra muy tarareables. X-Plosion en cambio sigue la tónica de temas como Terrifying Scream, aunque quizás sea el único tema del disco que peque de un exceso de notas (algo por otra parte, muy común en los temas shred, pero que a mi no me gusta), por lo que no está a la altura. El resultado final es algo más flojo que el de el tema mencionado, o Darkness.

En conclusión, tenemos un buen disco instrumental, cuya producción deja bastante que desar y enturbia un poco el resultado final. No me cabe duda de que «Steel Symphony» sería un disco muy bueno en su género con una producción profesional, pero esa es precisamente su gran falla. Con esto no quiero decir que no sea un buen disco. Es más fresco que la mayor parte de discos de solistas, tremendamente aburridos y sin sal, que he escuchado los últimos años, incluyendo a solistas que hace años hicieron auténticas maravillas. Pero la producción lo sitúa lejos de esos discos.

En resumen, podríamos hablar de un disco sobresaliente en muchos aspectos, sobre todo en composición (hasta los pequeños fallos de composición habrían sido subsanados por un buen productor), pero nos quedamos con un disco de gran calidad musical, pero escasa calidad productiva. De todos modos, tengamos en cuenta que este disco es gratis, y sabiendo que pagamos por discos de «artistas conocidos» de mucha menos calidad, es imprescindible tenerlo en el ordenador si te gusta el género. Lo mejor del disco es, sin duda, que tenemos un guitarrista que promete mucho en un próximo futuro.

Belial Báez

Temas:
1- Vento del Mare
2- Overture March
3- First Movement: Terrifying Scream
4- Second Movement: The barbarian song
5- Third Movement: Darkness
6- Fourth Movement; Finale: The Hill’s calling
7- Mi pequeña Esperanza
8- X-Plosion