Casi dos décadas separan la última gran entrega de Whitesnake (el “Slip of the Tongue” de 1989) y la que ha dicho que será su última grabación en estudio. David Coverdale ha hecho esperar impacientemente a todos sus incondicionales con este último disco de la mítica banda de hard rock británica, “Good to be Bad”, y ahora es el momento de analizar si dicha espera ha merecido la pena.

En líneas generales, yo describiría este disco como un “Grandes Éxitos” de Whitesnake pero con canciones nuevas. O lo que es lo mismo: un nuevo 1987 para la banda. De arriba abajo, el disco rebosa calidad y virtuosismo en todos los aspectos tanto técnicos como emocionales. Eso sí, peca un poco de la falta de originalidad que conlleva seguir tan fielmente el estilo de su disco más aclamado, pues podemos encontrar bastantes parecidos entre el disco homónimo de la banda y esta nueva entrega.

La primera canción, ‘Best Years’, sigue la línea que preludiaban los cuatro temas inéditos del “Live…In the Shadow of the Blues”, como nos advertía el guitarrista californiano Doug Aldrich en su entrevista del 27 de noviembre de 2006. La calidad compositiva de esta canción, más bien pobre en comparación con el resto del disco y de los grandes temas del sexteto, lo compensa el increíble la calidad musical de cada uno de los componentes, en especial el solo de guitarra… y la voz de Coverdale, que se dejó de chillidos de adolescente y volvió a su voz con cuerpo que tanto enamora.

El segundo tema, ‘Can You Hear the Wind Blow?’, es un tema muy enérgico, en la línea de ‘Slide it In’ pero de corte oscuro. Personalmente, el estilo compositivo de la canción me recuerda a la mejor década de los Scorpions con su ‘Rock You Like a Hurricane’. Es interesante ver lo bien que juega Coverdale con la voz raspada, aunque a veces eso implique el que las guitarras se lo coman un poco. Muy buena canción, apreciada por todo buen rockero clásico.

El disco sigue con ‘Call on Me’, la canción menos llamativa del disco (sin llegar para nada a ser de relleno, pues tiene un riff de guitarra impresionante) por su falta de enganche en comparación con el resto del disco. Aún así, pocos peros se le puede poner al tema en el resto de aspectos musicales, ya que todos los instrumentistas siguen la batuta de Coverdale a la perfección y suena de maravilla.

El cuarto corte del disco es la primera de las tres baladas, ‘All I Want, All I Need’, un remake de ‘Is this Love?’, en mi humilde opinión, mejorado. Aquí es donde mejor se aprecia que Coverdale, aún sin llegar a estar en la mejor etapa vocal de su vida, tiene un encanto único y pocos pueden cantar baladas como él. El mejor momento de la canción es justo antes y después del solo de guitarra, en el que la música sube un peldaño de intensidad y tenemos al vocalista inglés quebrando la voz con rabia, generando una atmosfera nueva y preciosa. Será un gran tema para el directo, sí señor.

El quinto tema es el que da nombre al disco: ‘Good to be Bad’. ¿Qué decir de él? Riffs de guitarra atronadores, gancho por todas partes… un temazo más para la innumerable lista de los blues-hardrockeros británicos. Un himno en condiciones, con un solo de guitarra a dos voces en el que se lucen tanto Aldrich como Reb Beach.

‘All for Love’ empieza con una introducción un poco pesada, en la línea de esa que tanto repite Iron Maiden en una infinitud de sus canciones… pero rápidamente (quién dice rápidamente dice en 25 segundos) cambia el chip y comienza otra gran canción con otro gran riff que engancha al oyente inmediatamente. Este tema me parece especialmente interesante porque combina la energía de los previamente mencionados Scorpions con los riffs de Kansas (“Carry on My Wayyyward Sooooon…”, pues eso) y una melodía vocal casi hablada. Además, el estribillo es de los mejores del disco, una joya del rock.

El siguiente corte es la segunda de las tres baladas. Se llama ‘Summer Rain’ y es, como sugiere el título, un tema que invita al sosiego y relax. Recuerda mucho al fabuloso directo acústico de 1998 de Coverdale y Vandenberg, “Starkers in Tokyo”. Quizá cuadre mejor en la discografía en solitario de David que en un LP de la Serpiente Blanca, pero se agradece romper el nivel frenético del disco con un tema que, siendo tan ajeno al género musical original de la banda, no sorprende ingratamente a nadie.

Además, esta canción sirve como perfecta barrera entre lo que podemos considerar el disco bueno de Whitesnake, esas primeras siete canciones, y ya el peldaño de maestría incomparable que compendia este segundo grupo de temas. El primero de ellos es ‘Lay Down Your Love’, el nuevo ‘Still of the Night’ de la banda. El riff está a la altura, Coverdale canta igual de bien, Tommy Aldridge nos demuestra su calidad como baterista, Uriah Duffy suplanta al bajo a Rudy Sarzo de manera inmejorable… la canción mezcla la pillería y golfería del estilo personal de Coverdale con un estribillo típico de todos los grupos estandartes del rock. ¡Ya quisiera Bon Jovi componer algo así! Y, siguiendo la estela de su predecesor (‘Still of the Night’), tiene el momento relajado a mitad de canción que sirve para pillar carrerilla y darlo todo en la recta final de la canción. ¡Qué bueno es Reb Beach al solo!

El siguiente tema descarademente evoca al mítico ‘Crying in the Rain’, cosa que personalmente me parece perfecto siempre y cuando se haga bien. Gracias a Dios que de eso no tenemos que preocuparnos. Es una canción llena de carga teatral y feeling, fielmente reflejado en los quiebros vocales del líder de la banda y en el solo de Aldrich, bluesero y clásico, como a él le gusta.

La penúltima canción, ‘Got What you Need’, sirve como “alivio”, ya que todo lo que lo precedía era de gran dramatismo y peso. Es un tema en la línea de “Guilty of Love”, “Straight from the Heart” y todas esas que consiguen poner una sonrisa en la cara de todos. Muy desenfadada, pero sin perder la calidad compositiva que caracteriza a la banda, no desentona para nada en el disco, aunque no será de las que más se hablará.

El último tema del disco es la última balada de las tres, y de Whitesnake ya puestos. Por ello la convierte en la despedida de Coverdale y de los suyos de los estudios. El título lo dice todo: ‘Til the End of Time’… hasta el final de los días. Es un poco triste la canción (en el sentido de que está compuesta en escala menor)… es como si el telón cayese después de un largo drama, intenso, emotivo y asombroso. Personalmente hubiera preferido algo un poco más alegre como adiós de uno de los grupos que más me han marcado… pero bueno, si queréis el final alternativo os recomiendo escucharos su ‘We Wish You Well’ del disco “Lovehunter” y que os quedéis con esa sensación, que es la que ha representado este gran grupo en el firmamento de la música: un inglesito pervertido con una mente extraordinaria para la música.

David J Amelang

Temas:
1. Best years 2. Can you hear the wind blow 3. Call on me 4. All I want all I need 5. Good to be bad 6. All for love 7. Summer rain 8. Lay down your love 9. A fool in love 10. Got what you need 11. ‘til the end of time